Dirigir una empresa es algo similar a conducir una orquesta… Muchos creen que consiste en componer una buena partitura y ponerla en manos de los músicos pertinentes, pero más bien radica en conocer a esos músicos de forma profunda, en ofrecerles todos los medios posibles para que den lo mejor de sí y en crear una cohesión interna entre ellos a través de sus flujos de trabajo. ¿Te suena todo esto? Sí, es gestión de empresa pura y dura.
Porque, al fin y al cabo, dirigir una empresa no solo consiste en tener una buena idea, sino en montar toda una infraestructura (humana, tecnológica, administrativa) alrededor de esa idea y optimizar su funcionamiento interno.
Ese es, de hecho, el gran problema de muchas de las start-ups actuales que no superan sus tres años de vida: parten de una idea fabulosa y obtienen resultados positivos inmediatos, pero le prestan tan poca atención a la gestión empresarial que acaban abocadas al fracaso. Si no quieres que le pase lo mismo a tu empresa, atiende a este artículo que profundiza en la importancia de una buena gestión de empresa.
Gestión empresarial a día de hoy
Pero empecemos por el principio y preguntemos: ¿cómo es el estado general de la gestión empresarial en España a día de hoy? Basta realizar una panorámica a través de internet para encontrar datos significativos al respecto… Datos que, por ejemplo, indican que únicamente una tercera parte de las empresas de nuestro país tienen un nivel de gestión de empresa adecuado.
Principalmente, porque la mayor parte de nuestras empresas consideran que no necesitan herramientas dedicadas a este respecto. Esto conduce directamente a una situación potencialmente crítica en la que la mayoría de las PYMES españolas están en actual estado de vulnerabilidad al carecer de información y métodos suficientes como para llevar a cabo una gestión empresarial óptima.
¿Cómo evitar este peligro en potencia? Entendiendo que, al fin y al cabo, la gestión empresarial es una actividad más a la que hay que prestar atención dentro de nuestros flujos de trabajo. Punto y pelota.
La gestión como una actividad más
Consideremos, para empezar, que la gestión de empresa es la actividad que organiza a los miembros de un equipo en la búsqueda de una mejoría global de la productividad y competitividad de un negocio. Esto implica que, para tener éxito en el crecimiento correcto de una empresa, hay que dedicarle a la gestión empresarial tanto o más tiempo que a otras áreas de sobras conocidas como la estrategia de ventas, la producción o el I+D.
Por lo tanto, nunca descuides tareas dentro de la gestión de empresa tan significativas como la dirección financiera, el control presupuestario, la organización de cobros y pagos, la coordinación de personal y recursos o la tesorería del capital. A la hora de tipificar flujos de trabajo, estas tareas de gestión de empresa deberían recibir tantos medios y tiempo como las de producción, por ejemplo.
¿Por qué es importante una buena gestión empresarial?
Recurramos a la lógica para demostrar por qué es importante una buena gestión empresarial. Y es que, si te lo paras a pensar, el crecimiento de cualquier infraestructura implica que esa misma infraestructura ganará en complejidad. A su vez, un incremento de la complejidad suele ser equivalente a una cantidad mayor e inevitable de errores.
Una buena gestión de empresa, normalmente sustentada en herramientas que permitan la automatización de las tareas (en la línea de lo que hace posible un software de gestión de empresas como Holded), ayudará a solventar esos errores. Y, de nuevo recurriendo a la lógica, menos errores equivalen a un menor riesgo en las operaciones además de una mayor satisfacción del cliente.
¿Conclusión? Pura lógica: una buena gestión de empresa = mayor rentabilidad económica.