Cuentan que en los supermercados Walmart, allá por los noventa, descubrieron, analizando datos, que los viernes por la tarde había un curioso patrón de compra: los varones de entre 25 y 35 años que adquirían pañales también compraban cerveza. Extraño a primera vista, ¿verdad? Tenía sentido: esos hombres eran padres de bebés y su nuevo estatus les dificultaba lo de ir a beber al bar, así que cuando tenían que llevar pañales a casa, aprovechaban para comprar un par de cervezas que poder consumir en su hogar. ¿Qué hizo Walmart? Colocar los pañales al lado de la cerveza.
Real o no, esta estrategia tiene mucho que ver con el big data. Y sí, Walmart es un gigante que obtuvo un beneficio neto en 2021 de más de 12.000 millones de euros, pero hoy en día el big data es una herramienta poderosísima también para las pequeñas empresas. Vamos a ver cómo.
¿Qué es exactamente el big data?
Lo primero de todo es saber qué es el big data (también conocido como macrodatos o inteligencia de datos en español). En esencia es un volumen enorme y muy complejo de datos que son prácticamente imposibles de analizar sin unas determinadas herramientas informáticas; es decir, el big data no puede interpretarse con aplicaciones, digamos, tradicionales. Cuando hablamos de big data nos referimos en realidad a ese análisis de datos del que extraer información beneficiosa para nuestro negocio. Se analizan patrones, se cruzan datos que en apariencia no guardan relación y de ellos se extrae información que puede ser sumamente útil para mejorar los flujos de trabajo y el rendimiento de la empresa.
Eso sí, decíamos antes que el análisis del big data es muy complejo. Y lo es, porque estos datos están sujetos a lo que se conoce como «las tres V»: volumen, variedad y velocidad. O lo que es lo mismo: son muchísimos, se generan constantemente y tienen diversos orígenes (podemos obtener datos de nuestras ventas, pero también de las interacciones en redes sociales, los correos electrónicos, fechas, geolocalización y un larguísimo etcétera), aunque se le suelen añadir dos: veracidad y valor (es decir, que estos datos sean útiles y analizables). Y esto nos lleva al siguiente punto: los datos estructurados y los no estructurados.
Diferencias entre datos estructurados y datos no estructurados
Intentaremos explicarlo de la manera más sencilla posible. Los datos estructurados se pueden ordenar en gráficas y extraer con determinadas herramientas de analítica como la que ofrece Holded a través de su CRM (ahora veremos qué es y en qué consiste). Se pueden clasificar y analizar y arrojan resultados muy interesantes orientados a mejorar nuestros servicios (y nuestros beneficios).
Los no estructurados (en torno al 90% de los que se generan en Internet) no están definidos por modelos de datos y, en consecuencia, son muy difíciles de analizar. Entre ellos están las búsquedas que hacemos en Google, por ejemplo, así como los comentarios en redes sociales, los archivos que se intercambian o descargan (sean del tipo que sean), etcétera. Pero centrémonos en los datos que sí se pueden analizar, en los estructurados. Y veamos ahora qué es un CRM.
Qué es el CRM (y por qué es importante que una pequeña empresa cuente con este software)
CRM son las siglas de Customer Relationship Management, es decir, gestión de relaciones con los clientes. Este software abarca todo lo relacionado con esto, con la relación con el cliente, es decir: desde las estrategias de marketing hasta la gestión comercial, la atención al comprador de nuestros productos o servicios y, por supuesto, el servicio posventa.
Lo que conseguimos, pues, con este software, es que las interacciones con nuestros clientes se optimicen y mejoremos todos los procesos de trabajo. Si nuestro servicio mejora, vamos a lograr que nuestros clientes sean prescriptores de nuestro negocio; dicho de otro modo, que lo valoren positivamente y lo recomienden. Y la consecuencia de esto es que que obtendremos más beneficios no solo económicos, sino también de imagen.
¿Cuál es la importancia del big data para las empresas?
Volvamos al ejemplo del principio: unos supermercados descubren, analizando datos, que un determinado perfil de cliente compra cerveza y pañales. Esto es un hallazgo enorme que, si sucedió como se cuenta, seguramente le hizo ganar mucho dinero a Walmart. Es decir, el big data da respuestas a preguntas que ni siquiera sabemos que existen. Y, si obtenemos esa información, vamos a lograr que nuestro negocio crezca. Así de sencillo.
El big data crece exponencialmente y las grandes corporaciones, que luego veremos en detalle, lo saben. Tan es así que el gobierno ha lanzado, dentro del Plan de Recuperación, una ayuda para pymes(conocida como «kit digital») que se puede solicitar para modernizar y digitalizar la empresa y por el que se pueden percibir hasta 12.000 euros para invertir en soluciones digitales. El 15 de marzo comenzó esta convocatoria.
¿Qué queremos decir con esto? Por una parte, que es una oportunidad única para convertir nuestro negocio en un negocio del siglo XXI; por otro, que si el gobierno está destinando un total de 500 millones de euros en esta ayuda es porque es consciente de que la digitalización de las empresas –imprescindible para poder manejar y analizar big data– es esencial en la mejora económica.
Beneficios del uso de big data en pequeñas empresas
- Interpretar esos datos que ya tenemos nos hará más eficientes. Contamos con una gran cantidad de datos que, en manos de una persona, serían prácticamente imposibles de analizar, pero que, con el software específico (como el CRM mencionado), se generan sin que tengamos que esforzarnos lo más mínimo. En el caso del CRM de Holded, por ejemplo, cada acción llevada a cabo se automatiza, se suma a los informes y se generan finalmente gráficos y analíticas intuitivos y sencillos de entender.
- Ofrecer más productos o más servicios. Analizar los datos hará que nos podamos adelantar a las tendencias. Si observamos que el cliente demanda algo que aún no tenemos, podríamos haber encontrado una nueva oportunidad de negocio que probablemente nos venga bien implementar.
- Contar con un certero análisis de big data hará que podamos tomar mejores decisiones y, sobre todo, que lo hagamos más rápido que la competencia.
- Abaratar costes. Hay procesos redundantes dentro de los flujos de trabajo que quizá no detectamos a primera vista, pero que identificaremos en la analítica de datos. Esto ayudará a que la empresa sea más eficaz, tenga mejor relación con el cliente y, sobre todo, elimine partes del proceso que solo incurrían en un gasto innecesario.
- Se pueden adaptar a cualquier perfil de empresa. No todos los datos que podemos manejar nos sirven de igual modo: probablemente un call center procesará con mayor éxito las incidencias recibidas por los clientes, y una empresa de venta de productos de limpieza sacará grandes ideas de las interacciones en redes sociales. Cada negocio es un mundo, pero todos tienen algo en común: no hay uno solo que no pueda maximizar sus beneficios con la ayuda de los macrodatos.
Y es que el big data es ya una realidad que solo crece. El Plan España Digital anuncia que la previsión de las empresas que usan big data pasará de menos de un 15% (2020) a un 25% en 2025, entre otras muchas e interesantes conclusiones.
Desventajas del uso de big data en las pequeñas empresas (sí, también las hay)
Por supuesto, nada es perfecto ni bueno al cien por cien. Y los pequeños empresarios han de tener en cuenta ciertos inconvenientes:
- Demasiados datos nos pueden llevar a la desinformación. Como ya hemos comentado, el big data mueve tal volumen de cifras que debemos tener claro qué podemos usar y qué es mejor descartar. Por eso es tan importante contar con un software adecuado que extraiga y recopile para nosotros lo realmente necesario.
- Cuidado con la protección de datos. Es difícil incurrir en un delito de protección de datos si estamos mínimamente informados, pero la Ley Orgánica de protección de datos personales y garantía de los derechos digitales es muy clara al respecto. Ante cualquier duda, lo mejor es informarse. El ejemplo más grave del uso indebido de datos fue el famoso caso Cambridge Analytica, algo que es casi imposible que suceda hoy día. Evidentemente, esto es un caso extremo que no debería poder volver a repetirse nunca, pero está bien conocer estos escándalos para entender por qué los datos han de ser tratados con escrúpulo.
¿Qué empresas usan el big data con más éxito?
Obviamente, aquí estamos hablando del big data para pequeñas empresas, pero hay que mirar a los grandes, porque se puede aprender mucho (y adaptarlo a nuestras necesidades). Estas son algunas de las que más y mejor lo usan y cómo lo hacen:
- Netflix. Hoy por hoy, es la plataforma de televisión con más número de suscriptores (supera los 200 millones). Con un amplísimo catálogo, para el usuario de Netflix es difícil escoger lo que quiere ver. Por eso, los analistas de la plataforma analizan el comportamiento del usuario, qué ve durante más tiempo, qué descarta enseguida o cuánto tarda en decidirse… Por una parte, esos datos le sirven para recomendar al usuario qué pude ver a continuación; por otra, el análisis del big data le sirve para saber en qué nuevos formatos, géneros y hasta actores debe invertir.
- Amazon. Su división audiovisual Prime Video no es solo la segunda (solo superada por Netflix), sino que su principal línea de negocio (venta online) es tremendamente exitosa porque cuando un usuario entra en su web buscando algo ya tienen, gracias al big data, toda la información de este: qué suele comprar, a qué hora y qué tipo de productos consume. Esto les sirve para optimizar precios, lanzar ofertas o reducir costes.
- Apple. ¿Por qué los usuarios de este gigante tecnológico son mucho más fieles a la marca que los de otras empresas? Por el big data. Apple, a través de sus distintos dispositivos, recopila y almacena datos del usuario para ofrecerle una experiencia cada vez más personalizada, algo que le facilita enormemente su navegación.
- Starbucks. Cuando, hace unos años, la empresa de café detectó síntomas de estancamiento, acudió al big data para revitalizarse. Cruzar datos sobre densidad de población, tráfico o hasta climatología le sirven hoy día para mejorar el servicio al usuario y dirigirle promociones personalizadas que potencien el negocio.
- Zara. En los primeros años de expansión, personal especializado de la firma viajaba para ver todos los desfiles de primera a captar tendencias y hacer así su propia versión de las mismas. Hoy, gracias al big data, Zara detecta qué buscan los usuarios para colocarlo enseguida en su web.
Estos son solo algunos ejemplos de lo que puede conseguir el big data. Tu pequeña empresa también puede beneficiarse usando los datos a tu favor para que tus clientes estén plenamente satisfechos. ¿Te animas a dar el paso de la digitalización?