La creciente implantación del teletrabajo ha generado un amplio debate en el mundo laboral. Desde empresas que apuestan por la flexibilidad hasta aquellas que se decantan por el trabajo en las oficinas.
Buffer, una empresa 100% remota, publica anualmente un informe bajo el título ‘State of Remote Work’ (Estado del trabajo en remoto). En la última edición hecha pública, de 2023, se destaca dos conclusiones fundamentales: el 97% de los trabajadores remotos desea seguir teletrabajando así al menos parte del tiempo y un 27% menciona el aislamiento como su mayor desafío.
Sin embargo, en el sector financiero —destaca ABC en una información de enero de 2025— empresas como JP Morgan han obligado a sus empleados a volver a la oficina a partir del próximo mes de marzo. El mayor banco de Estados Unidos argumenta que el trabajo presencial es esencial para la formación de nuevos talentos.
Pero no todas las empresas lo ven de la misma manera, sobre todo en el sector tecnológico. Valga como ejemplo Spotify. La aplicación musical ha adoptado un enfoque de “trabaja desde donde quieras”. Sus empleados podrán elegir en qué modalidad de trabajo quieren desempeñar sus tareas —oficina, remoto o híbrido—, la ciudad y país en el que quieren hacerlo —sin importar que no haya sedes de la empresa en esa región— y conservarán el sueldo íntegro que tuviesen en sus puestos de origen, se explica en Xataka.
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Empieza ahora¿Cuáles son los beneficios y desventajas del teletrabajo?
Independientemente de lo que haga cada empresa, es crucial comprender cómo los propios trabajadores perciben los beneficios y las desventajas de esta modalidad del teletrabajo. En ello se ha centrado un reciente estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), publicado en el ‘International Journal of Manpower’, que concluye clasificando a los trabajadores en remoto en tres perfiles principales.
La investigación, liderada por Vicente Peñarroja, profesor e investigador del grupo de investigación interdisciplinaria sobre las TIC (i2TIC) de la UOC, destaca que lo primordial es adoptar un enfoque personalizado para planificar el teletrabajo.
“No todas las personas de una empresa tienen las mismas preferencias o necesidades”, explica Peñarroja, e insiste en que “identificar los diferentes tipos de trabajadores permite ofrecer un plan laboral ajustado, beneficiando tanto a los empleados como a la organización”.
El estudio se basa en los datos de 842 individuos que participaron en la encuesta sobre equipamiento y uso de tecnologías de información y comunicación en los hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2021. A través de doce preguntas que exploraban seis beneficios y desventajas del teletrabajo, se logró identificar tres perfiles distintos de teletrabajadores:
Los tres perfiles de teletrabajadores
- Realistas. Este grupo reconoce tanto las ventajas como las desventajas del teletrabajo. Tienen, en promedio, niveles más altos de estudios e ingresos. Sus opiniones reflejan un equilibrio, destacando que, aunque valoran la flexibilidad, también se enfrentan a retos como la desconexión social y la dificultad para gestionar su tiempo.
- Ambivalentes. Los ambivalentes perciben más desventajas que ventajas. Para ellos, el teletrabajo puede representar un aislamiento mayor, dificultades tecnológicas o problemas para separar la vida personal de la laboral. Este grupo suele preferir el trabajo presencial o modalidades mixtas.
- Entusiastas. Este perfil está formado por quienes ven principalmente los beneficios del teletrabajo. Suelen trabajar más horas desde casa y, en algunos casos, están más familiarizados con las herramientas tecnológicas. Sin embargo, incluso entre ellos, el aislamiento social se considera una desventaja notable.
“El aislamiento social fue el único aspecto negativo destacado por los tres grupos”, señala Peñarroja. En ello coincide con el informe de Buffer previamente citado: el 27% de los trabajadores cree que el aislamiento es su mayor desafío.
Precisamente, en ello se coincide también en los resultados del estudio ‘New of Work de Microsoft’del año 2022, y publicado en la BBC: los investigadores llegaron a la conclusión de que, aunque el teletrabajo puede mejorar la satisfacción laboral, también puede provocar que los trabajadores se sientan socialmente aislados.
Este hecho demuestra la necesidad de desarrollar estrategias para hacer frente a este problema, especialmente en un contexto donde la tecnología permite la conexión virtual, pero no reemplaza por completo la interacción presencial.
Factores que influyen en la percepción del teletrabajo
Los perfiles también están determinados por factores como el nivel educativo, la posición laboral, el tipo de industria y las demandas del cargo. Por ejemplo, los realistas podrían tener puestos de mayor responsabilidad que dificultan el trabajo a distancia.
Los entusiastas, por su parte, pueden incluir más jóvenes habituados a las herramientas digitales. Estas diferencias subrayan la importancia de personalizar las estrategias de teletrabajo según las características individuales y del entorno laboral.
Un enfoque dinámico para el futuro del teletrabajo
Peñarroja destaca que este reciente estudio es sólo un punto de partida, ya que es fundamental seguir investigando para entender si estos perfiles se mantienen a lo largo del tiempo o si cambian con las circunstancias. La capacidad de autocontrol, la necesidad de autonomía o la experiencia laboral son factores que podrían influir en las percepciones.
Además, el avance de tecnologías como la inteligencia artificial y la geolocalización plantea nuevos desafíos y oportunidades. Por ejemplo, las reuniones virtuales grabadas permiten generar resúmenes automáticos, aumentando la productividad. Sin embargo, también podrían incrementar el control sobre los empleados, lo que podría generar tensiones en la gestión del teletrabajo.
Estrategias para mejorar el teletrabajo
Para integrar el teletrabajo de manera satisfactoria, las empresas pueden considerar las siguientes estrategias:
- Promover la conexión social: implementar actividades que fomenten la colaboración y la interacción entre empleados, como reuniones presenciales periódicas o eventos de equipo.
- Formación en gestión del tiempo: ayudar a los empleados a organizar su jornada laboral de manera eficiente, minimizando el estrés y mejorando la productividad.
- Flexibilidad adaptada: diseñar planes laborales personalizados según las necesidades individuales y las demandas del cargo.
- Fomentar el bienestar: implementar políticas que ayuden a separar el espacio personal del laboral, como horarios claros y pausas regulares.
La investigación de Peñarroja también se alinea con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la ONU, en particular con el objetivo número 8: trabajo decente y crecimiento económico. Comprender cómo mejorar el teletrabajo no solo beneficia a los empleados, sino también contribuye a una economía más sostenible y equitativa.
¿Y qué ocurre en otros países europeos? Nuestros vecinos franceses y alemanes han legislado sobre el derecho a desconectar, obligando a las empresas a respetar los horarios fuera de trabajo de los empleados a distancia. Esto ha reducido el estrés laboral, sobre todo entre los “realistas”, que valoran la separación entre vida laboral y personal.
Además, la UE se ha comprometido a llevar a cabo marcos reglamentarios pertinentes. De hecho, varias directivas europeas, como la de ordenación del tiempo de trabajo (Directiva 2003/88/EC), tienen ya disposiciones en materia de teletrabajo, por ejemplo, estableciendo límites a las horas de trabajo y regulando los períodos de descanso de los trabajadores.
En definitiva, el teletrabajo ha llegado para quedarse, pero su implementación debe ser reflexiva y adaptable. Comprender los perfiles de los teletrabajadores —realistas, ambivalentes y entusiastas— es un paso esencial para diseñar estrategias que beneficien tanto a empleados como a empresas. La clave está en escuchar a los trabajadores, promover la conexión social y aprovechar las ventajas de la tecnología sin perder de vista las necesidades humanas.
Con una planificación adecuada, el teletrabajo puede convertirse en una herramienta poderosa para el bienestar de las personas trabajadoras y el crecimiento económico.
