Si tu negocio ha crecido lo suficiente como para lanzar una app, entonces es que va por el buen camino. Siempre es buena idea tener una aplicación en la red que permita a tus clientes activos –y potenciales– interactuar con la compañía mediante dispositivos móviles. De hecho, la app reforzará el lazo cliente-empresa con una intensidad que rara vez alcanzará la web.
Tener una aplicación en la Apple Store y en Google Play es imprescindible para negocios e-commerce y, en general, para cualquier empresa que quiera operar en la nube. Ya sea vendiendo productos o articulando procesos. Sea cual sea el caso, hay algunas cosas a tener en cuenta antes de lanzar una app, sobre todo si se pretende obtener valoraciones positivas de los usuarios: a fin de cuenta, son éstas las que otorgan relevancia a la app.
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La primera consideración importante pasa por decidir cómo se financia la app sabiendo las consecuencias que esto genera en su acogida. La empresa quizás quiera pagarla incluyendo publicidad en la plataforma, pero eso aumenta el ruido para el consumidor. Algunas aplicaciones terminan teniendo muchos anuncios molestos que enturbian la usabilidad, razón por la cual los usuarios prefieren abandonarlas y calificarlas mal.
Otro punto clave es el tráfico de la app. Muchas veces ocurre que los desarrolladores de una aplicación no visualizan condiciones de tráfico alto, con lo que la aplicación corre el riesgo de morir de éxito. Una buena app debería ser capaz de sostener todo el tráfico que pase por ella, sin bloqueos y sin caídas inesperadas. Cada vez que se cuelgue, perderá usuarios y mermará la base de clientes que ha construido la empresa en su entorno web. Para que esto no ocurra se deben realizar las pruebas pertinentes antes de testearla con el público general.
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La tercera cuestión a tener en cuenta es la del diseño. Una aplicación debe ser sencilla y amigable. Las herramientas diseñadas en entornos complejos invitan a desinstalarlas. Las antiestéticas también. Los sitios web de comercio electrónico más populares suelen usar diseños limpios, menús de acceso fácil y colores atractivos. Además integran la publicidad de modo que no parezca un pegote dentro del sitio. Esto invita a los usuarios a que permanezcan en él, da igual si es una web o una app; y les motiva a echar un vistazo más profundo a sus ofertas.
Para terminar, antes del lanzamiento siempre conviene realizar una prueba no solo en el móvil acostumbrado, sino también en otros dispositivos de otras marcas y características. A veces ocurre que la herramienta carga bien en un dispositivo operado por Android pero no lo hace en iOS. O al revés. Fallar en su adaptación a absolutamente todos los dispositivos puede afectar de forma severa a la popularidad de una aplicación. Y eso, ya lo hemos sugerido, es el fin de su plataforma en este formato.
(Fuente: Entrepeneurship Life)