¿Tienes controlado tu inventario o es él el que te controla a ti? Te explicamos todas las opciones que tienes a este respecto…
Control. Control. Y más control. Eso es lo que todos anhelamos cuando se trata de nuestras empresas… Y una de las mejores formas para conseguir ese control absoluto de la situación de un negocio es teniendo bien dominado nuestro inventario. ¿Puedes decir que tienes tu inventario bajo control?
¿O más bien resulta que es él quien te gobierna a ti y te vuelve un poco loco y siempre vas dos pasos por detrás de él, apagando los fuegos que van apareciendo? No te preocupes si es así, porque es una situación bastante habitual. Pero, precisamente para evitarla, en este artículo queremos hablarte de todos los diferentes tipos de inventario que puedes (y, de hecho, debes) tener en tu empresa.
Según el momento
Categorizar tu inventario dependiendo del momento en el que se realiza es, probablemente, el método más sencillo y primordial de abordar esta cuestión. Al fin y al cabo, solo hay dos posibilidades según el momento:
- Inicial. Realizado antes de que arranquen las operaciones y acciones empresariales pertinentes.
- Final. Realizado una vez se da por finiquita el ejercicio económico (ya sea este trimestral, semestral o anual) con el objetivo de calcular el patrimonio empresarial.
Según la periodicidad
También puedes catalogarlos según la periodicidad con la que los realices. En este caso, surgen dos posibilidades:
- Intermitente. Aquel que se realiza en diferentes momentos del año respondiendo a factores que no hacen necesario un control continuo.
- Perpetuo. Aquel que es necesario realizar de forma continua para mantener un control lo más fidedigno posible de productos, materiales y existencias.
Según la forma
Aquí empieza a complicarse la cosa. Considerando la forma de aquello que se inventaría, existen cinco posibilidades:
- De materias primas. Consiste en contabiliza las materias primas de las que dispone la empresa y así poder calcular la necesidad de producto final.
- De productos en proceso de fabricación. Aquel que mide los productos que todavía no han alcanzado su forma final, sino que están en proceso.
- De productos terminados. Contando los productos que ya están en su forma final y que, por lo tanto, ya pueden ser distribuidos a los clientes.
- De suministros de fábrica. Ofrece conocimiento de los materiales que la empresa tiene para producir sus propios productos.
- De mercancías. Aquel que contabiliza los bienes destinados a ser vendidos sin necesidad de ser tratados ni procesados para cambiar su forma.
Según la función
¿Cuál es la función que quieres que desempeñe? Dependiendo de la respuesta, obtendrás cinco diferentes tipos de procesos:
- En tránsito. Aquel que tiene en cuenta los productos, bienes y materiales que están de camino hacia la empresa pero que todavía no están en nuestro poder.
- De ciclo. El que tiene en cuenta el exceso de de productos o materias primas resultante de una situación en la que se ha comprado más de lo necesario (para reducir costes).
- De seguridad. También llamado “de reserva”, contabiliza los bienes que la empresa tiene en posesión en caso de emergencia para evitar sorpresas y cubrir imprevistos.
- De previsión. También denominado “estacional”, es necesario recurrir a él para ordenar una producción en tiempos de demanda escasa y así tener en previsión las temporadas de alta demanda voluminosa.
- De desacoplamiento. Aquel destinado a solucionar una situación en la que dos procesos imposibles de sincronizarse se solapan el uno con el otro.
Según la logística
Si tenemos en cuenta el punto de vista de la logística, las opciones se reducen a cinco:
- De existencias para especulación. Si nos encontramos ante un presunto aumento de demanda, se impone contabilizar los productos y materias necesarios para aumentar la producción.
- De existencias obsoletas. También tiene en cuenta las existencias muertas o perdidas. En general, todos aquellos productos que han supuesto una merma en nuestro programa de inventario.
- En ductos. Mide los niveles del canal de suministros que resultan imprescindibles en todo proceso de producción.
- De existencias de seguridad. Aquel cuya finalidad es la existencia de una cantidad sobrante en caso de demanda imprevista.
- De existencias cíclicas. Los momentos de reaprovisionamiento han de ser inventariados para satisfacer la demanda.
Otros inventarios
También existen otros tipos que no entrarían en ninguna de las categorías mencionadas más arriba pero que es necesario tener en cuenta. Un total de siete:
- Inventario físico que se realizar en primera persona listando todos los bienes empresariales.
- Inventario mínimo que calcula la cantidad mínima de producto con el que puede subsistir tu almacén.
- Inventario máximo que fija el máximo que puede albergar tu almacén.
- Inventario disponible que establece los productos disponibles para distribución y venta.
- Inventario en línea que calcula todos los productos que se encuentran en la línea de producción del negocio.
- Inventario agregado que contabiliza el coste elevado de la producción de un artístico.
- Inventario en cuarentena que considera los productos que han de estar un tiempo de reserva en el almacén antes de ser distribuidos y vendidos.