Vivimos en un mar de imágenes. Diariamente buceamos horas entre fotografías, vídeos y mensajes que tratan de captar nuestra atención y nuestra confianza. Si no las buscamos activamente nos las plantan ante nuestros ojos suplicando por un instante de atención.
La imagen en el mundo contemporáneo es tan importante que pensar en proyectar la de nuestro negocio puede convertirse en un ejercicio abrumador, especialmente si no somos comunicadores o diseñadores.
Los principales modelos de imagen de marca exitosas que encontramos a golpe de barra de Google son de firmas enormes como Nike, Ikea, Apple o Mercadona. Pero estos ejemplos de marcas capaces de hacer grandes campañas publicitarias resultan muy alejados de las realidades del autónomo y de la pequeña empresa.
Por grande que sea la distancia entre el presupuesto de Apple y el de nuestra empresa, es desaconsejable irrumpir en el mercado sin pensar en nuestra imagen. La razón es sencilla: la marca se construye sóla o con ayuda. Cada una de nuestras interacciones con el mundo van a conformar una imagen de nosotros. Queramos o no. Para potenciar nuestra marca es importante gestionar los inputs, lo que no quiere decir manipularlos, sino pensar en cómo transmitir una imagen firme y coherente de lo que realmente somos.
En este artículo te ofrecemos las claves para empezar a pensar en tu imagen de marca, sea cual sea tu presupuesto. También encontrarás tres ejemplos de gente como tú que ha conseguido construir una imagen de marca potente para su pyme.
“Mi marca es lo que dicen de ella cuando no estoy delante”. Lucas Aísa, consultor de márketing de CeConBe (Calvo con Barba) resume así qué es la imagen corporativa. Dicho de otra manera, la imagen de marca es la percepción que elaboran los clientes, trabajadores, socios y todos los agentes que interactúan con una firma.
Tres preguntas clave
Para Aísa hay tres preguntas clave que nos ayudarán a empezar:
- ¿Tengo algo que contar?
- ¿A quién se lo quiero contar?
- ¿Por qué canales?
“A veces la conversación se acaba en la primera o la segunda pregunta. Hay empresas que son eficientes con una cuenta de empresas de WhatsApp y un buen servicio. Para mí, el mínimo sería ser coherente y constante en los canales que elijas”, afirma Aisa. Es importante recordar que una mala comunicación puede traer consigo una repercusión negativa en nuestra marca.
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Descúbrelo¿Tengo algo que contar?
Tener una narrativa propia y auténtica es crucial. Para encontrarla, Aísa recomienda buscar dentro de la propia historia de la marca, especialmente para los autónomos y empresas unipersonales. “Su propio recorrido vital se puede convertir en su contenido. Muchas veces el relato de las pequeñas empresas es el recorrido del propio empresario. Hay mucha épica en pasar de no facturar a facturar, por ejemplo”, dice el CEO de CeConBe.
¿A quién se lo quiero contar?
Aisa asegura que la respuesta “a cualquiera” es incorrecta. “Lo que queremos con nuestra imagen de marca es conquistar y, antes de empezar, tendremos que pensar a quien quiero seducir para ser capaz de generar un impacto”. Es mejor no forzar nuestros mensajes a públicos para los que no somos relevantes ni intentar vender trasladando una identidad falsa sobre la que será muy difícil construir a largo plazo.
¿Por qué canales?
Por último, la cuestión de los canales. Los elementos básicos en que una marca suele expresarse son su web, sus redes sociales, su nombre, su logo, su tipografía…y de ahí hacia lo más complejo: músicas, colores, olores asociados al packaging…
“Yo diría que los mensajes en los canales no deberían diferenciarse demasiado. ¿Sería muy distinto si yo te mando un mensaje o te llamo por teléfono? En realidad soy la misma persona, lo único que hago es adaptarme al medio. Aplica lo mismo. Al final queremos ser los mismos en diferentes ubicaciones”.
Algo relevante a tener en cuenta es que no podemos tratar de modificar el medio. Las normas no las ponemos nosotros y es vital entender las formas de uso de cada canal. Especialmente en redes sociales. Si decidimos entrar en RRSS tenemos que conocer sus códigos y jugar con ellos. Si no, es preferible no hacerlo.
Antes de lanzarnos a generar contenido, Aisa recomienda “consumir más de lo que publicamos”. Una buena manera de empezar es encontrar ejemplos de sitios en los que nos podamos inspirar. También podemos crear una cuenta de prueba, que nada tenga que ver con nuestra marca, y practicar y probar antes de lanzar nuestra firma por ese canal. Recuerda que no hay una segunda oportunidad para generar una primera impresión.
Además, las redes sociales requieren continuidad. Las dos primeras semanas pueden ser sencillas pero continuar en el tiempo y ser capaz de retener a la audiencia y a los clientes es una tarea de fondo.
Diferencia entre identidad corporativa e imagen corporativa
A pesar de que muchas personas intercambien estos conceptos como si se tratara de la misma cosa, es relevante entender la diferencia que existe entre identidad e imagen corporativa.
La distinción fundamental es que la identidad corporativa es controlable dentro de la empresa y la imagen no. La identidad de una empresa responde a un proceso interno y controlable por parte de la empresa. Por el contrario, la imagen corporativa responde a un proceso externo (percepción del usuario) que es poco controlable para la empresa.
La identidad corporativa se refiere a la identidad visual que construye una empresa de sí misma mientras que la imagen corporativa se refiere a la percepción que elaboran los consumidores de una empresa, producto o marca.
Los principales elementos de la identidad corporativa son:
- Gama de colores
- Tipografía
- Logo
- Tono de voz
- Guía de diseño
Los principales elementos de la imagen corporativa son:
- Representación visual
- Emociones
- Valoraciones
- Reputación
A pesar de estas diferencias entre identidad e imagen corporativa ambos conceptos se complementan.
Tres ejemplos de gente como tú que lo ha hecho bien
San Jorge Coffee Roasters
Empezaron con un pequeño proyecto de tostadero de café y han logrado una parroquia de clientes entusiastas y fieles gracias a un gran trabajo en su identidad gráfica, lenguaje, packaging y acciones para vender “café del bueno”. Además de por su lenguaje informal, destacan por sus vídeos gratuitos en los que aconsejan cómo sacar mejor partido a cada cafetera: la moka italiana, la de prensa francesa… Los dueños de San Jorge Coffee Roasters decidieron abrir un canal de YouTube en que dan consejos a los muy cafeteros. Ellos tuvieron claro qué, a quién y por qué canal, y ahora su imagen de marca ha logrado seducir a un gran número de gourmets del café.
Golden Promise Brewing
Es el proyecto de “cerveza nómada” (sin fábrica propia) de un matrimonio de emprendedores que se enamoraron de la cerveza artesana en Nueva York y decidieron volver a España para cumplir su sueño. “Como cerveceros nómadas tenemos la posibilidad de ir allá donde queramos y escoger las mejores fábricas e ingredientes para elaborar nuestras recetas”, rezan en su web. Su imagen está muy cuidada…y su cerveza, muy rica.
Liderlamp
Es una empresa familiar de decoración e iluminación con sede en Zaragoza desde 1999. Cuando su hija se hizo cargo del negocio en 2014 decidió abrir una tienda online y un blog. Esas herramientas bien gestionadas pronto le permitieron lograr su sueño: cerrar la tienda física y abrir dos naves de producto para irse a vivir al Pirineo. Hoy gestiona desde allí su exitosa tienda online. Su Instagram cuenta con 107.000 seguidores aún siendo una empresaria que se considera a sí misma tímida y en cuyas fotos sólo aparecen sus manos.
Estas tres empresas demuestran que con pasión, coherencia y persistencia se puede lograr una imagen de marca excelente sin necesidad de contar con los recursos de una multinacional . ¿Te animas a construir la tuya?