En esta nueva edición de Stories de Holded Magazine compartimos cinco campañas de publicidad que nos han enseñado algo sobre el amor y mucho sobre el marketing para empresas.
El amor, ay el amor. Llevamos siglos intentando poner en palabras uno de los sentimientos más universales del mundo y, personalmente, aún no he encontrado ninguna definición que esté a la altura. Pero quién necesita palabras ordenadas teniendo campañas que dan en el clavo.
No me refiero a anuncios llenos de cosquilleos y miradas cómplices. Ni primeras citas con nervios y esperanzas. Hablo de corazones rotos, rutinas divertidas y tira y afloja mientras decides si las cortinas deben ir, o no, a juego con el sofá. Y, ojo, porque si perteneces al mundo del emprendimiento, podrás inspirarte y dar con alguna idea para promocionar tu negocio.
Os doy la bienvenida a la edición de Stories con más flechazos de la historia.
La pareja descompensada, pero siempre amada
Cuántas veces te habrá pasado esto: llevas tiempo pensando en el regalo perfecto. Te has creado una lista en el móvil de posibles opciones, ordenadas de mejor a peor, por supuesto. No dejas escapar ni una pista de tu pareja para aumentar el listado y, así, conseguir EL regalo. Da igual el tiempo o el esfuerzo. Ni siquiera te fijas en el precio. Lo que importa es que le guste, le emocione. Que no se lo espere y que la sorpresa sea la antesala de algo aún mejor. Un regalo consciente, especialmente pensado para la persona que amas.
Si no te ha pasado nunca es que perteneces al otro bando. Eres fan de los llamados detallitos. Cosas útiles como una funda del móvil, una bufanda o los archiconocidos calcetines. No están mal, pero no nos engañemos, no son especiales (a no ser que los hayas hecho a mano, entonces es otra historia. Del DIY ya hablaremos en otra ocasión).
El conflicto está servido: regalo especial versus detallito. Drama. Pero no para ti, querido/a emprendedor/a, porque aquí es donde llega la oportunidad para tu negocio. Puedes adelantarte a los problemas de tus clientes y ser la solución. Tal y como hace cada año por estas fechas la Lotería Nacional. Su campaña de 2017 para el sorteo especial de San Valentín es maravillosa, pone remedio al conflicto que nos ocupa, de una manera sencilla y eficaz.
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Amor a prueba de boles que no necesitas
Hay cosas que existen para desafiar a las relaciones amorosas: los “no te preocupes, no quiero postre”, los mensajes privados de Instagram o Ikea. Esta última es terreno poco seguro para ir en pareja.
La marca de muebles aprovechó el papel protagonista involuntario y creó una campaña “Basada en hechos reales”. Y tan reales. ¿Quién no ha discutido por si cabe o no cabe un mueble en el salón? ¿Cuántos argumentos a favor de comprar otro juego de tazas se habrán escuchado entre pasillo y pasillo? ¿Y qué hay de lo de ir en dirección contraria? Las flechas del suelo están para algo, dirían algunos. Solo son orientativas, afirmarán otros.
La clave de todo esto es: ¿tus productos tienen historia más allá de lo que son? Si te pasa igual que a Ikea y tienes claro cuál es tu impacto en el día a día de tus clientes, tienes algo que contar. Y si lo haces en clave de humor, el éxito estará un poco más cerca.
Lo que importa es escuchar (picando algo)
¿Recuerdas a tu primer amor? Puede. Lo que seguro que recuerdas es tu primer desamor. El mío se llamaba Víctor. Era el que corría más rápido en clase de educación física y su sonrisa animaba a cualquiera. La cosa no fue bien. Ni siquiera empezó. Pensaba que mi vida ya no tenía sentido. En casa nadie me entendía. Lo único que ponía en pausa todo ese drama adolescente era ver capítulos del Grand Prix acompañados de la tortilla de patatas de mi madre (con cebolla, claro).
En Casa Tarradellas han entendido a la perfección, no solo la tragedia del rechazo y del adiós, también el arte de improvisar cuando no entiendes nada lo que está pasando. Que es justamente lo que le ocurre al padre. Ni siquiera sabía que su hija tenía pareja, pero al verla tan desolada, lo único que se le ocurre es prestarse a escuchar sus desventuras, acompañándolas con una pizza. Nada mal.
Si te dedicas a la venta de comida, ya tienes mucho ganado. Si no, no te preocupes, el aprendizaje es el mismo: piensa cómo tus productos pueden ayudar a pasar ese mal trago. Porque nada cura el desamor, pero disfrutar de algo bueno, mientras alguien escucha tus idas y venidas, lo hace mucho más llevadero.
Atrévete a romper estereotipos
Si profundizamos un poco en la idea general que se tiene del amor, se pueden apreciar ciertos estereotipos que hay que cambiar. Eso de que el chico es el que tiene que pedir salir a la chica o que los bombones y las flores son regalos exclusivos para las mujeres, ya no se lleva. De hecho, nunca debería haber sido así.
Algunas marcas ya rompen con lo establecido y, justamente por eso, llaman la atención del público. Es el caso de Colvin, una empresa de envío de flores y plantas que lleva tiempo apostando por cambiar la percepción de sus productos. Y así lo demuestra con su campaña “Sé infiel en San Valentín”.
Celebra el amor el resto del año, no solo el 14 de febrero. Y hazlo con quien quieras, a tu manera, a vuestra manera. Regálale flores a tu marido, novio, compañero de piso… Si quieres hacer como Colvin, coge lo típico, lo tradicional y dale una vuelta. Seguramente, parte del público te lo agradecerá.
La cultura del amor, a tu alcance
Justo comentaba en la introducción que llevamos toda la historia definiendo qué es el amor. Muchos artistas se han atrevido a hacerlo a través de canciones, escritos o películas, pero: ¿quién nos prepara para afrontarlo? A pesar de ser el gran tema de todos los tiempos, es el único que no se estudia.
Por eso, Fnac España vio la oportunidad de darle a San Valentín un propósito diferente… Así nació la Real Academia del amor, donde varios colaboradores han escogido 8 obras y productos ideales para aprender sobre el amor. Se acabó lo de ir sin guía, sin freno o sin tener ni idea…
Si tu negocio es cultural o tiene relación con el sector, qué mejor que intentar acercarla a tus clientes buscando un nuevo enfoque para contar algo que ya se ha contado. No tiene por qué ser sobre el amor sentimental, puede tratar sobre el amor a cualquier otra cosa, o sobre lo que le interese a tu negocio. Lo importante es apostar por la cultura como fuente de inspiración para la vida.