En esta nueva entrega de Stories de Holded Magazine hablaremos de empresas sostenibles que ya marcan la diferencia. Los expertos afirman que se avecina un colapso climático. Para combatirlo, hay que llevar a cabo una adaptación profunda que empieza por adoptar nuevos hábitos de consumo.
Puede que esta historia te suene… Resulta que el propietario de la marca de ropa Patagonia, Yvon Chouinard, ha transferido la propiedad de la empresa a una organización sin ánimo de lucro que dedicará sus ganancias a luchar contra el cambio climático. Es decir, un señor ha regalado un negocio que vale 3.000 millones de dólares y que tiene beneficios de 100 millones al año.
Me hubiese gustado ver la cara de sus hijos tras la noticia… Bromas aparte, la gente se ha sorprendido al ver a un multimillonario donando casi toda su fortuna a una causa global. Y lo entiendo, ¿quién renunciaría a una vida más que cómoda, sin preocupaciones económicas? Tengo la respuesta: alguien que es consciente de que el mundo se va a la mierda al traste si no empezamos a cambiar de mentalidad. Así que Yvon, muchas gracias.
Aunque no hace falta aportar sumas estratosféricas para marcar la diferencia, con cambiar algunos hábitos y ser más conscientes de lo que hacemos, y no hacemos, estaremos en el camino correcto. Sin ir más lejos, muchas empresas nacionales ya aplican una política, servicios o productos eco-friendly para combatir lo que nos depara:
Bolsos equitativos para huir de lo cotidiano
La historia de Walk with me es una de esas que apetece leer con manta y una bebida caliente —disculpa si estás leyendo esto en verano—. Me explico: 2016, taller pequeño pero con encanto a las afueras de Madrid. En la mesa, solo una máquina de coser y un montón de ideas. Así nació la marca.
Y es que a Deira y Pablo, fundadores de la empresa, les movió su pasión por las cosas bien hechas. Tras mucho trabajo, dieron con un diseño único y práctico, dando vida a bolsos, carteras y accesorios que representan fielmente su visión.
En un inicio, apostaron por el cuero como material principal por su durabilidad y buenos resultados. Pero, aunque era reciclado y fabricado en España, al poco tiempo decidieron prescindir de recursos animales y se pusieron manos a la obra para crear un material que cumpliese con las mismas características pero con el sello vegano.
Ahora, reinstalados en Barcelona, sus creaciones aúnan la investigación de nuevos materiales de origen vegetal: desde los tejidos, hasta los pegamentos. Y lo mejor es que mantienen la idea de hacer productos para personas, no para géneros. Creen en la calidad, el cuidado y la creación de piezas únicas para que todo el mundo las pueda disfrutar.
Sin olvidar lo que evoca su eslogan: porque andando evolucionamos, ¿y qué hay más eco que un paseíto bueno?
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Cortar con estilo y artesanía duradera
Otro de los problemas a los que se enfrenta nuestro planeta es la cultura del “usar y tirar”. Ropa que solo dura una temporada, tecnologías que se vuelven obsoletas en menos tiempo del que deberían o productos de cuestionable calidad que se rompen tras poco uso.
Ante esto, la única solución es cambiar nuestra forma de consumir y apostar por empresas que tengan en cuenta la duración de sus creaciones, como Florentine Kitchen Knives. Te aviso, si entras en su web, te enamorarás y no habrá vuelta atrás.
¿Hay mayor placer que la comida? Para Tomer sí, pero están muy relacionados. Su pasión por la cocina fue lo que le motivó a crear y fundar su marca de cuchillos artesanales. ¿Por qué Florentine? Porque todo empezó el año 2012 en el barrio de Florentin, al suroeste de Tel-Aviv.
Todos sus cuchillos son de alta calidad, hechos a mano, pensados tanto para quien quiera cocinar en casa, con calma y tranquilidad, como para chefs profesionales que buscan la perfección en cada corte. “Creemos que una herramienta firme y bien hecha tiene el poder de cambiar completamente la experiencia en la cocina”, ¿quién no ha sufrido alguna vez al pelar una manzana por culpa del cuchillo? Pues se acabó.
Además de la gran calidad de los materiales, son piezas personalizables y ese es su gran valor añadido. Si te pica la curiosidad, puedes montar tu propio modelo y ver cómo queda. Una vez te decidas, de lo único que te tendrás que preocupar, tal y como advierte el guiño en su web, es de tus dedos: Take Care [of your fingers].
Agua gratis, como debería ser
Ya hemos visto un ejemplo de transformación consciente, otro de productos hechos para durar toda una vida y ahora toca la empresa que se creó para predicar con el ejemplo: FreeWater. Se trata de la primera marca de agua gratuita del mundo. Impresiona, ¿verdad? Y todo por una buena causa.
Tras trabajar en un campo de refugiados y ver la gran escasez de agua del lugar, Josh, su fundador, quiso buscar un remedio. Y es que, actualmente, más de 800 millones de personas carecen de acceso a agua potable.
La solución llegó en forma de agua embotellada. Eso sí, nada de plásticos, solo metal y cartón. Además, es gratuita. ¿Cómo es posible? Imprimiendo publicidad en las botellas. El anunciante paga la cantidad estipulada por aparecer y la distribución hace el resto.
Así, el consumidor tiene agua gratis, la marca publicitada llega a mucha gente y, con los beneficios que se obtienen, FreeWater paga a sus empleados y ayuda a diversas causas benéficas que trabajan para construir pozos en África.
Según los datos de la empresa, las marcas que elijan aparecer en sus botellas tendrán 10 veces más impacto que si se anuncian en redes sociales. Y no solo eso, si quieren, pueden incluir un código QR para que la audiencia vaya más allá de lo que sale en el recipiente.
Sin duda, una buena manera de colaborar con la sociedad y poner tu marca en boca —literalmente— de todo el mundo.
Esta es tu huella de carbono
Puede que una empresa quiera unirse al cambio para cuidar al planeta como se merece pero no sepa por dónde empezar. En GreeMko simplifican el proceso a todas aquellas que quieran iniciar su camino hacia la sostenibilidad y neutralidad en carbono.
Esta idea de negocio surgió como muchas otras: para cubrir una necesidad, en este caso, bastante urgente. Sus fundadores, Mar, Jorge y Fernando vieron que el sector de la sostenibilidad estaba en la prehistoria, así que decidieron modernizarlo a través de la digitalización.
GreeMko es un software que calcula, en pocos minutos, la huella ambiental del negocio interesado y a partir de ahí, montan un plan para reducirla paso a paso. De la misma manera que ya no nos imaginamos al típico contable con un montón de facturas por archivar, tampoco tiene sentido que alguien del área de gestión ambiental esté entre papeles para mejorar las condiciones de la compañía. Se debe ir más allá y aportar un valor real, y eso es lo que han conseguido gracias a su innovador programa.
Empresas como Google, Axa o Enisa ya han confiado en ellos para conseguir un día a día más verde. Su funcionamiento es muy simple: todo se hace desde la web y tienen dos módulos distintos.
Uno enfocado a pymes, en el que calculan exclusivamente las emisiones directas e indirectas derivadas del consumo de energía. Y otro para negocios más grandes, en el que se miden el consumo de combustibles, electricidad, agua, materias primas y residuos.
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Así que, ya sea Patagonia, Walk with me o cualquier otra empresa, lo importante es tener conciencia de lo mucho que nos jugamos si no cuidamos lo que nos rodea. Porque podemos tener muchos bolsos y cuchillos, pero solo tenemos un planeta. Seamos responsables.
