La pandemia provocada por el Covid-19, los dos meses de confinamiento estricto y la crisis económica que se ha desencadenado han puesto en serios apuros a muchas pymes. A la falta de ingresos de casi dos meses de cuarentena se han unido el desplome general de la economía (provocada por un enorme descenso del consumo) y la morosidad de muchos clientes que, debido a la paralización de sus negocios, son incapaces de hacer frente a sus compromisos de pago.
En el caso de la morosidad, además, provoca un círculo vicioso en el que las compañías que incurren en impagos, arrastran a sus proveedores. Actualmente la situación es tan delicada que, según un estudio de la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad (PMcM), el importe de las facturas pendientes de cobrar por el conjunto de pymes en España asciende hasta los 136.000 millones de euros. Según el mismo informe de la PmcM, el 61,2% de las empresas considera que la falta de liquidez será uno de sus principales problemas durante los próximos meses, y hasta un 10% ven en peligro su viabilidad por culpa de la alta morosidad.
En este contexto, una de las principales preocupaciones de autónomos y pymes es asegurar su flujo de caja y, para ello, es imprescindible que sus clientes cumplan con los compromisos de pago. A continuación repasamos cuatro recursos que permiten a las empresas protegerse frente a eventuales facturas impagadas.
Factoring sin recurso: Adelantar el cobro de facturas
El factoring es un mecanismo de financiación habitual en muchas empresas. Consiste en cobrar una factura por adelantado (a cambio de una comisión) a través de una entidad financiera. Una vez que se ha contratado el factoring, es la entidad financiera la que se encarga de gestionar el cobro de la factura. Habitualmente el factoring es una operación que las compañías utilizan con el objetivo de obtener circulante. Sin embargo, en el caso del factoring sin recurso, existe una segunda derivada que consiste en protegerse frente a eventuales impagos, ya que es la entidad financiera la que asume este riesgo.
Confirming sin recurso: Asegurar el pago a los proveedores
El confirming es, en pocas palabras, la solución financiera inversa al factoring. Es decir, en el caso del confirming, es el propio cliente quien contrata los servicios de la entidad financiera para que le gestione (y anticipe) los pagos a proveedores. A efectos prácticos, esto significa que el proveedor que cobra sus facturas a través de confirming consigue financiación a cambio de deducirle una comisión sobre el importe total de la factura adelantada y se protege frente a eventuales impagos (siempre que se trate de confirming sin recurso).
Asegurar contratos y acuerdos
Otra opción para empresas que quieren protegerse de los efectos nocivos de la morosidad es asegurar sus contratos y acuerdos con terceros. De esta forma, si llegara a producirse el impago de alguna factura, la compañía puede utilizar esta cobertura para reclamar la cantidad que se le adeuda. En estos momentos la única compañía que comercializa este servicio en España es Bulldoc, y lo hace a través de una póliza que cubre los gastos de una demanda amistosa o judicial por impago de deudas.
Seguro de crédito
Los seguros de crédito son pólizas que permiten a las empresas protegerse frente al riesgo de impago de sus clientes. Por norma general, los seguros de crédito incluyen tres servicios diferenciados:
- Comprobación de la solvencia de los clientes. La compañía aseguradora analiza la solvencia de los clientes de su asegurado. De esta forma, puede prevenirle de los riesgos que corre al suscribir determinados acuerdos comerciales.
- Gestión de las reclamaciones. Una vez se ha producido el impago, es la aseguradora la encargada de iniciar los trámites de la reclamación de la deuda. Gracias a la potente infraestructura de las aseguradoras, este elemento suele tener un fuerte efecto persuasivo en las empresas deudoras.
- Indemnización de incobrables. Una vez el impago ya es definitivo y está claro que el deudor no podrá afrontarlo, la aseguradora se encarga de cubrir el ‘agujero’ de la factura impagada.
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