¿Tienes claro qué es la contabilidad de costes? En este artículo te lo explicamos por definición y por comparación con la contabilidad de gestión.
No todo el monte es orégano… Y no toda la contabilidad es igual. Está claro que, si no estás medianamente especializado en estos menesteres (y, admitámoslo, especializarse en estos temas no es algo que vayamos a hacer como hobby en nuestros tiempos libres), probablemente no sepas que existen diferentes áreas dentro de la contabilidad. En este artículo vamos a ver en detenimiento una de ellas: la contabilidad analítica.
Para ello, eso sí, vas a necesitar unas herramientas mínimas. Empieza por un programa de contabilidad sencillo, si es que eres nuevo en estos campos. Y, si ya eres medianamente entendido, no hace falta que te recordemos que no hace falta que el programa sea sencillo, sino que puedes y debes optar por alguno que incluya cuantas más herramientas contables mejor, ¿verdad?
Y sigue con lo que viene a continuación: todo sobre la contabilidad de costes.
¿Qué es la contabilidad analítica o contabilidad de costes?
Esto es lo primer que debemos aclarar: la contabilidad analítica es exactamente lo mismo que la de costes. Son dos formas diferentes de referirse al mismo concepto, que no es otra cosa que una de las tres grandes áreas contables: la contabilidad financiera, la de gestión y la de costes.
Centrémonos, en este caso, en la que nos interesa. La contabilidad analítica tiene un objetivo bien definido: registrar y analizar todos los costes de producción de un negocio para, a partir de esa información, posibilitar una mejor gestión y planificación de esos mismos costes. Nos encontramos, entonces, ante una herramienta analítica interna imprescindible a la hora de convenir el precio de su producto o servicio.
Aunque, ojo, porque la contabilidad analítica también puede servir para analizar otros tipos de costes, como pueden ser los de administración, distribución y financiación. Por eso mismo hay quien prefiere lo de “analítica” en vez de “contabilidad de costes”, porque lo cierto es que las posibilidades de esta herramienta son verdaderamente amplias.
De esta forma, podemos decir que esta área de contabilidad viene definida por sus objetivos, y que estos son un total de ocho que quedan expresos en la lista a continuación…
- Calcular los costes de productos y/o servicios de una empresa a nivel general, pero también a nivel de cada uno de los departamentos.
- Predecir los ingresos para establecer ratios de rentabilidad.
- Registrar las existencias en almacén para que este dato sirva a la contabilidad financiera de final de año y para establecer el precio del producto final.
- Valorar los activos de la empresa (y su posible amortización).
- Definir el valor de los posibles gastos inmovilizados.
- Calcular cuánto aporta la venta de cada producto al beneficio o pérdida del negocio.
- Preparar los presupuestos de costes y prever cualquier tipo de desviación.
- Ayudar a la dirección de la empresa a la hora de tomar decisiones.
Diferencia entre contabilidad de costes y contabilidad de gestión
Muchas veces, entendemos los conceptos más por contraposición que por definición. Así que, ¿por qué no jugamos a establecer las diferencias básicas entre la contabilidad de costes y la de gestión? Hagámoslo comparando cinco puntos concretos de ambas…
- Meta. Como ya hemos visto, la contabilidad analítica tiene por objetivo analizar los costes del producto y/o servicio de una empresa, mientras que la de gestión se dedica a registrar operaciones financieras y, acto seguido, informar de los estados financieros del negocio.
- Destinatarios. Los destinatarios de ambas áreas contables son los mismos miembros de la empresa, a diferencia de la contabilidad financiera (que también puede ser usada por destinatarios externos).
- Período de tiempo. La contabilidad de gestión suele centrarse en la información generada durante el tiempo presente que se quiere medir. Por contraposición, la analítica es más libre y puede abordar cualquier tiempo que se desee, ya sea este pasado, presente o futuro.
- Exactitud. Ambos tipos de contabilidad pueden presentar oscilaciones diversas, ya que parten de datos variables y predicciones futuras. De nuevo, esto contrasta con la contabilidad financiera, que demanda datos exactos.
- Normativa. El PGC regula exclusivamente la contabilidad financiera, pero los dos tipos de contabilidad que estamos escrutando aquí y ahora no está regulados de forma oficial y pueden abordarse a la manera preferida por cada empresa.
Y no tiene más: ya sea a través de la definición que te hemos ofrecido en este artículo o en contraposición a su prima-hermana de gestión, llegados a este punto ya deberías tener bien controladita la contabilidad de costes.