¿Eres un emprendedor en ciernes y estás intentando transformar una idea en un negocio de éxito? Aquí te explicamos cómo conseguirlo…
Ser emprendedor es algo que da miedo. Mucho miedo. Es algo así como tirarse en paracaídas al vacío desde un avión en las alturas: no puedes estar del todo seguro de si se abrirá el paracaídas o te estrellarás contra el suelo… Pero, oye, por lo menos llevas un paracaídas. Y eso ya es mucho.
Ahora bien, puede que también te estés preguntando: pero, ¿realmente llevo un paracaídas en mi nueva aventura como emprendedor? Es una pregunta pertinente, y por eso mismo a continuación te ofrecemos cinco puntos que deberías marcar con un check al lado si los cumples. Y, si los cumples, ya sabes: ¡tírate en paracaídas!
Encuentra tu factor diferencial
El factor diferencial es, más que probablemente, el motor que conseguirá que tu idea se transforme en un negocio real. Y ese factor diferencial está definido por dos rasgos básicos.
El primero de ellos es el nicho de mercado. Está claro que, a día de hoy, pretender lanzarse al “mercado” general no es solo desaconsejable, sino totalmente imposible e inabarcable. El mercado está fragmentado y, de hecho, está bien que así sea para que un emprendedor como tú pueda aprovechar esa fragmentación y dar con un nicho único e inexplorado del que sacar rédito.
Lo segundo es encontrar lo que te hace diferente. Porque encontrar un nicho de mercado virgen sería maravilloso, pero lo más habitual será que encuentres un nicho poco poblado… Ahí es donde tendrás que localizar tu diferencia, lo que hace único a tu negocio, y entonces explotarlo como si no hubiera un mañana.
Estudia a tu competencia
Una vez hayas encontrado tu nicho y tu diferencia, encontrarás algo más: tu competencia. En este caso, como emprendedor en ciernes, deberías intentar jugar limpio. Nada de competencia desleal ni ninguna otra práctica de capitalismo salvaje… Porque, de hecho, es que puedes aprovecharte de ella.
Estudia a tu competencia para determinar por qué han triunfado, qué es lo que les ha convertido en un caso de éxito. Analiza cómo han llegado hasta donde están, porque seguro que de esa información puedes sacar muchos consejos a aplicar en tu propio negocio.
Fíate de tu entorno
No, no es necesario que te fíes de tu madre ni de tu cuñado. Porque seguro que ambos le ponen mucho amor y cariño a sus consejos, pero lo más normal será que no tengan ningún tipo de experiencia en lo que a negocios se refiere.
El entorno del que has de fiarte es otro, empezando por cualquier otro emprendedor que tengas cerca. Él será el que seguro que podrá brindarte todo un conjunto de consejos que podrás aplicar en tu aventura ipso facto. Y, de hecho, si puedes ampliar tu “entorno” con una plataforma de redes sociales que, desde el principio, te ofrezcan inputs valiosos para ir dando forma a tu empresa, mejor que mejor.
Marca tu presupuesto
Vale, ya lo tienes todo listo: la idea ya es mucho más que una idea y empieza a tener forma de negocio… Aquí es cuando debes coger esos sueños megalómanos que han volado hacia el cielo y plantarles los pies en la tierra usando grilletes puramente presupuestarios.
Haz una lista con gastos fijos y variables aproximados. Intenta ser lo más realista posible, porque no hay nada peor que encontrarte con que tu aventura como emprendedor se da cabezazos contra la falta de fondos económicos desde el minuto cero.
Establece tus bases económicas
Con la lista de gastos fijos y variables aproximadas toca buscar la forma de cubrirlos. Puede que tengas un presupuesto derivado de tus propios ahorros, y ese sería, la verdad, el caso más paradigmático de todos. Pero, más que probablemente, también sea el caso menos abundante.
Pero que la economía no te frene. Un buen emprendedor sabe buscar los fondos necesarios, ya sea con los inversores necesarios o con opciones más modernas como, por ejemplo, ese crowdfunding que tantas ideas ha transformado en negocios de éxito. ¿Estás listo ahora para saltar en paracaídas?