Un trabajador feliz es un trabajador productivo… Así que es necesario preguntar: ¿qué beneficios hacen más felices a tus empleados?
Un empleado feliz es un empleado productivo. Este es uno de los principios básicos de toda empresa del siglo 21, y nadie puede ponerlo en duda. Lejos quedan los tiempos en los que se pensaba que un jefe cabroncete incentivaba a sus empleados a ser más productivos… Ahora, por suerte para todos, se sabe que lo que hace realmente felices a los empleados son los beneficios que podamos ofrecerles.
Al fin y al cabo, si un empleado disfruta de unos beneficios diferenciales, no solo hará que se sienta más a gusto en su propio puesto de trabajo, sino que su felicidad incluso prevendrá que quiera irse a una empresa competidora en la que realizar el mismo trabajo pero con mejores beneficios.
Si el mundo empresarial fuera “Juego de Tronos”, los beneficios serían los rumores capaces de hacer ascender o descender a un jugador en su carrera hacia el trono. Así que, por si crees que deberías ofrecer más beneficios a tus trabajadores pero no sabes exactamente cómo conseguirlo, este artículo te ofrece algunas ideas que puedes poner en práctica.
Trabajo flexible
Cada vez está más probado que los horarios estrictos pueden acabar mermando la productividad de los trabajadores. Un trabajador que se monta la jornada laboral por su cuenta aprovechará mucho mejor los espacios que dedique a trabajar, ya que no estará pensando en todas esas otras cosas que debe (o puede) hacer.
Y más todavía: si juntamos horarios flexibles con teletrabajo, los beneficios no son solo para el trabajador, sino también para la empresa. ¿Por qué? Porque el teletrabajo (bien supervisado) implica que el trabajador no genera gastos con su presencia en la empresa.
Desarrollo profesional
Este es uno de los beneficios básicos dentro de toda empresa: que esta te ofrezca las herramientas necesarias para desarrollarte profesionalmente. La formación continua suele ser el mejor método para asegurar este desarrollo profesional. Escucha a tus trabajadores, que sean ellos los que detecten qué necesitan mejorar en sus capacidades laborales, y a continuación dedícate a ofrecerles la formación necesaria para que lo consigan.
Beneficios de participación
Con “participación” no nos estamos refiriendo a que le ofrezcas a tus empleados participaciones de tu empresa (aunque es algo que tampoco hay que descartar nunca en el caso de que este sea un trabajador clave). Nos estamos refiriendo a que le hagas sentir que participa de forma activa en la empresa, que su opinión cuenta, que es escuchado y que sus decisiones tienen influencia directa en el propio negocio.
Reconocimiento
Igual que has de ofrecerle al trabajador la certeza de que su participación es importante dentro de la empresa, resulta del todo necesario que reconozcas su trabajo cuando este está bien hecho. Aquí no se trata de ir poniendo medallas, pero un trabajador al que se le reconoce su trabajo es un trabajador que se esforzará en hacer sus tareas lo mejor posible.
Tiempo libre
Todos necesitamos oxigenarnos. De hecho, tener un día de respiro en el que ni pienses en el trabajo hace que, cuando vuelvas, lo hagas con más fuerzas… Y, más que probablemente, con una mirada diferente que te permita abordar los problemas de formas diferentes y originales. Ceñirse estrictamente a los días de vacaciones que marca el calendario es un error cuando los días libres son, más que probablemente, los beneficios que más felices hacen a los trabajadores.
La mayor parte de los beneficios comentados anteriormente suponen un coste cero (o indirecto) para la empresa. Los beneficios sociales, por el contrario, sí que suelen traer costes implícitos. Piensa en seguros, planes de jubilación, abonos de transporte, comedor, guardería… Son todo un conjunto de mejoras en la vida del trabajador que, sin lugar a dudas, le harán mucho más feliz. ¿Y qué hemos dicho al principio? Que un trabajador feliz es un trabajador productivo.
