El rapero Drake está entre los artistas más escuchados; no importa cuando leas esto. El canadiense lleva un puñado de años reventando todos los récords de ventas gracias a su capacidad para detectar nuevas tendencias musicales, pero también empresariales.
A lo largo del presente artículo nos centramos en el segundo aspecto, en cómo Drake ha sabido gestionar su marca personal para convertirla en un negocio extremadamente rentable dentro de una industria complicada, inestable, en constante crisis de identidad tras la llegada de la era digital.
Pierde el miedo al cambio
Las reglas del mercado musical dictan –o habían dictado hasta hace bien poco– que los hits han de soltarse de uno en uno. Jugárselo todo a una carta. Pero Ed Sheeran cambió las reglas del juego lanzando a la vez dos singles y Drake le siguió haciendo lo propio, también el año pasado, con los temas ‘Passionfruit’ y ‘Portland’.
En enero de 2018, el artista canadiense volvió a repetir estrategia colocando dos canciones en el Top 10, temas –’God’s Plan’ y ‘Diplomatic Immunity’– que se combinaron en un EP llamado Scary Hours (Young Money / Cash Money / Republic Records). Aunque ambas canciones se pueden comprar por separado, juntas suman para liderar las listas de ventas, obteniendo cifras que funcionan por sí mismas como inmejorable estrategia de marketing.
Así pues, la estrategia de lanzar éxitos a pares ha terminado siendo un atrevimiento rentable, y no la locura que muchos, dentro de la industria, muy probablemente hubiesen pronosticado. Drake arriesgó y ganó.
Digitaliza
Drake es el rey del streaming. Cuando la industria musical empezó a mudar de piel pasando del entorno analógico al digital, con muchos artistas lamentando su mala suerte por no poder –o saber– adaptarse a los nuevos tiempos, el rapero canadiense emergió de la densa escena del hip-hop americano y se posicionó en lo más alto en todas las listas de éxitos.
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Una de las canciones mencionadas en el punto anterior, ‘God’s Plan’, sonó más de 14 millones de veces en un día, pulverizando así el récord mundial de la plataforma Apple Music. En EEUU, en poco más de una semana, el tema superó los 82,4 millones de reproducciones y las 127.000 descargas. Cada tema de Drake es una apisonadora de récords en Internet y eso se debe, en parte, a que ha sabido trabajar como nadie el negocio digital.
Encuentra tu sector
El hecho de que Drake no pare de generar éxitos musicales tiene que ver con el género en el que se mueve, pues estar bien posicionado dentro de la escena hip-hop es garantía de buenos números. El rap, el trap, el R&B… todo la música urbana está de moda, no es ningún secreto, y lo está después de haber luchado durante décadas para conquistar el favor de la industria.
Porque la historia de los músicos de este género podría ser leída como un ejemplo de tenacidad. Nunca fue el hip-hop un género mimado por los medios, normalmente más proclives al rock y, sobre todo, al pop. pero, hoy el urban está en absolutamente todas partes: de hecho en 2017 nueve de las diez canciones del Top 10 pertenecían a este género.
En este sentido, podríamos decir que Drake ha caído de pie en la transformación de la industria al entorno digital, sí, pero también es cierto que se lo ha trabajado en un género inicialmente casi invisible. Si hoy es tendencia es, en gran parte, gracias a él; que incluso supo ver negocio en el trap cuando nadie más lo vio.
Diversifica
Los músicos actuales son artistas… y muchas cosas más. El caso de Drake es buen ejemplo de ello. Los asesores de Drake no olvidan que hay otras maneras en que un músico puede ganar dinero fuera de la música. La primera es la publicidad.
Pero no solo esa. Drake también es actor y emprendedor, tiene intereses en marcas de ropa, en whisky y en restaurantes. Además, sus colaboraciones con Apple, Nike o Sprite hacen que siga engrosando su cuenta corriente incluso cuando no en gira o produciendo.
Estiliza
Drake estira hasta el infinito las posibilidades de la estética y el simbolismo. Para comprobarlo basta con ver sus videoclips, como el de ‘Hotline Bling, donde ensaya su icónico baile metido en un cubo que le envuelve de colores intensos. Drake es estética y, de hecho, su marca personal se nutre tanto de la música como de las composiciones que surgen a continuación.
También cabe mencionar la abundante simbología de su obra, desarrollada en elementos como el ‘6’ que dio título a uno de sus trabajos o el omnipresente buho que hace las veces de logo. Los colores que emplea, sus letras, sus símbolos… Se ha llegado a especular con la posibilidad de que Drake sea un illuminati y, lejos de hacerle daño, el rumor sirve propagar una idea muy potente: nada de lo que hace el artista es casual.
Trabaja en libertad
Algunas compañías discográficas ofrecen condiciones de cierta libertad a sus artistas más lucrativos, caso de Adele, Beyoncé o el propio Drake. Esta libertad es muchas veces el condicionante necesario para extraer una mayor productividad, pues ahí, en esos términos, donde el artista –el trabajador– se siente más inspirado.
Drake lleva tiempo intercalando álbumes largos con EPs y mixtapes, una estrategia que le permite desarrollar su potencial artístico a la vez que conserva su posición, de manera permanente, en las listas de éxitos sin la necesidad de producir trabajos más exigentes cada poco tiempo.
Explora otras vías de comunicación
Cuidar las redes sociales es imprescindible para cualquier marca y negocio, a estas alturas de siglo debería ser una lección aprendida. Drake lo hace, claro, con especial presencia en Instagram, donde acumula a más de 41 millones de personas siguiendo sus publicaciones.
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Pero el icono canadiense del trap no se conforma con hacer lo que todo el mundo hace, y a mediados de marzo fue un paso más lejos en cuanto a omnicanalidad. Drake se juntó con Ninja –uno de los gammers más famosos del mundo– para jugar un rato al exitoso Fortnite mientras retransmitían la partida por Twitch, una plataforma de emisión de videojuegos en directo. El evento se convirtió en uno de sus hits, pues atrajo a 600.000 espectadores. Genio.