¿Eres inversor o estás pensando en vender o recibir financiación para tu empresa? Necesitas saber todo acerca del proceso de ‘due diligence’ y Holded te lo va a explicar en este artículo de la mano del abogado y doctor en Derecho, responsable de las Áreas de Tecnología y Derecho Espacial del Bufete Mas y Calvet, Efrén Díaz Díaz.
La ‘due diligence’, que en su traducción al castellano significa ‘debida diligencia’, es un término utilizado principal y habitualmente en el ámbito de las adquisiciones empresariales para referirse al proceso de búsqueda de información sobre una empresa. Se trata de un informe que nace cuando hay inversores interesados en acudir a rondas de inversión, antes de un proceso de compra o en un cambio en el órgano de administración.
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Empieza gratis hoy“Incluye aspectos como su área de actividad, las posibilidades y perspectivas de futuro del negocio, y el estado de su activo y de su pasivo. Busca obtener toda la información necesaria para valorar y fijar de forma objetiva las condiciones y el precio final de una operación de adquisición de empresas; la forma jurídica de estructurar la transacción, si bien en ocasiones se incluyen aspectos técnicos con implicaciones jurídicas; y la exigencia de garantías o, en su caso, la conveniencia de no realizar la compra o transacción por la detección de riesgos o por la aparición de nuevas informaciones relevantes”, detalla el abogado responsable de las Áreas de Tecnología y Derecho Espacial del Bufete Mas y Calvet, Efrén Díaz.
Dentro de este proceso de revisión, se pueden diferenciar dos clases de análisis:
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Análisis económico-financiero: consiste en una auditoría de compra rigurosa y pormenorizada que afecta a los estados financieros y a la valoración de activos materiales e inmateriales (inmuebles, marcas, cuota de mercado, etc.). Esta exhaustiva revisión también tiene por objeto cotejar y estudiar la viabilidad del plan de negocio elaborado por el equipo de dirección o los correspondientes responsables. Para ello, puedes ayudarte de recursos como un programa de contabilidad, y los artículos sobre ‘Cómo hacer un plan de empresa’ y ‘Cómo hacer un plan de viabilidad’ de los que disponemos en Holded.
- Análisis legal: el proceso de la ‘due diligence’, en su vertiente jurídica, se basa en la revisión y estudio de los contratos, la revisión de los temas societarios y el estudio de los posibles litigios, así como del resto de documentación relevante en protección de datos, contratación industrial o tecnológica, etc. También incluye la revisión fiscal y laboral. Su importancia estriba en evitar que queden ocultos compromisos o acuerdos que posteriormente podrían poner en cuestión o peligro la operación.
Efrén Díaz añade que pueden existir diversas clases de ‘due diligence’, básicamente tantas como áreas de la empresa vayan a ser objeto de análisis. Así, detalla el abogado y doctor en Derecho, “pueden desarrollarse ‘due diligence’ de carácter financiero operativo (quizá el más habitual), pero también fiscal, administrativo, mercantil, comercial, laboral, de protección de datos, de propiedad intelectual, medioambiental y tecnológico, entre otros”.
Proceso basado en la buena fe y confidencialidad
El procedimiento se lleva a cabo en consideración a que ambas partes, tanto el comprador como el vendedor, pueden estar interesadas en que la operación termine con éxito y en que se pacten unas condiciones equitativas para ambos.
“Por ello, se trata de un proceso basado en la buena fe de las partes intervinientes y en una estricta confidencialidad acerca de los datos e informaciones que se revisarán durante el tiempo en el que se lleve a cabo la ‘due diligence’”, asevera el experto.
¿Cómo hace una ‘due diligence’ una pyme?
En el caso de una pequeña o mediana empresa, el proceso de ‘due diligence’ comienza, explica Díaz, con una primera fase en la que el comprador especifica lo que pretende revisar y selecciona a los profesionales que van a dirigir el proceso.
Posteriormente, se da paso a una fase de investigación de los aspectos legales, contables, financieros y laborales (entre otros). En el caso de que se encuentre información desconocida hasta el momento, el responsable de la ‘due diligence’ debe recabar de la sociedad objeto de la compra la aclaración o revisión de dichos puntos.
Finalmente, hay una última fase en la que se redacta el informe donde se exponen las conclusiones acerca de la información que se ha encontrado tras la investigación y se describen, si los hay, los riesgos e incumplimientos detectados.
¿Y una gran empresa?
“El proceso es distinto cuando es llevado a cabo por grandes empresas, ya que en estos casos se siguen hasta seis fases distintas”, afirma el abogado, quien detalla cada una de ellas.
En la primera de ellas se procede a evaluar los objetivos del proyecto para más tarde, en la segunda, analizar las finanzas del negocio; a continuación, en una tercera fase tiene lugar la inspección exhaustiva de los documentos de la empresa y en la cuarta se desarrolla el plan de negocios y se procede a un análisis del modelo realizado.
Finalmente, en la quinta fase de la ‘due diligence’, se formula la oferta final y en la sexta y última de las fases se lleva a cabo una gestión de los posibles riesgos encontrados.
No obstante, la casuística es amplia y podrían no seguirse estrictamente estas fases o según ese orden en la secuencia.
¿Quién realiza la ‘due diligence’? ¿Se necesita un abogado?
La ‘due diligence’ es realizada por iniciativa del comprador o parte activa de la operación, por lo que será quien designe al que la llevará a cabo. Habitualmente se trata de abogados, auditores o, en casos especializados, de consultores en la materia, si bien no es estrictamente necesario que sea un abogado. Dependiendo de la magnitud del proyecto, del tamaño y tipo de empresa, se requerirán diversas tipologías de profesional.
También existe la posibilidad para el comprador o interesado de ponerse en contacto con una empresa externa, con independencia del vendedor, y experta en auditoría de compras, para encargarle todo el proceso de ‘due diligence’, lo cual puede dotar de mayor rigor, sistemática y calidad al análisis.
¿Cuánto dura?
Cuanto más rápido sea el proceso mejor, ya que se trata de un análisis muy exhaustivo que involucra a varios miembros de la empresa que tienen que paralizar su actividad normal del día a día, o, en el caso de la externalización, supone un importante consumo de recursos que no se compadece con una larga extensión temporal.
“Cuanto más rápido y corto sea el proceso, menos interferirá en el normal funcionamiento de la compañía y posibilitará profundizar en las cuestiones de mayor relevancia”, reafirma Efrén Díaz.
Realizar una ‘due diligence’ suele llevar a los expertos encargados entre dos y tres semanas, aunque si se trata de una operación de compraventa puede durar hasta un mes, en función del tamaño o condicionantes de la empresa.