En este nuevo capítulo de Stories unimos dos grandes temas: obras de ficción con proyectos reales que buscan mejorar el mundo en el que vivimos. Y es que, hasta hace pocos años, los avances tecnológicos con visión ecológica solo podían verse en las novelas de ciencia ficción o en la gran pantalla.
Nunca olvidaré cuando vi por primera vez Regreso al futuro. El chaleco de plumas, las Nike Air Mag y el monopatín volador me fascinaron. Me compré un chaleco muy parecido hasta que lo gasté de tanto usarlo. Las zapatillas se escapaban de mi presupuesto, pero elegí unas de un gris similar. En cuanto al monopatín, obviamente, no hubo suerte.
Lo mismo me pasó con el espejo de La bella y la bestia, la capa de invisibilidad de Harry Potter o la máquina de Matrix que descargaba cualquier tipo de conocimiento en el cerebro en pocos segundos. Demasiado bueno para ser cierto. ¿Cuántas veces habremos pensado: “ojalá esto existiera en la vida real”? Pues tengo buenas noticias: en ocasiones, pasa.
El suelo que genera energía para abastecer tres casas
Si no has visto Oblivion y te gusta el cine de acción, tienes deberes. Verás a Tom Cruise haciendo lo que mejor sabe hacer: de él mismo, pero en esta ocasión enfundado en un traje futurista. Estamos en el año 2073. La Tierra ha ganado una guerra interplanetaria, pero los seres humanos han sido evacuados porque todo quedó hecho un desastre. El único que sigue en nuestro mundo es Tom (Jack Harper) y no te puedes imaginar el casoplón en el que vive.
Lo mejor de todo es que la casa es autosuficiente: genera la energía que consume. Un sueño, ¿verdad? Pues en Barcelona ya existe algo parecido. Se trata del primer pavimento hecho con placas fotovoltaicas de España. Es capaz de producir la energía necesaria para abastecer a tres hogares durante un año.
Es una manera muy inteligente de aprovechar el espacio que hay en los suelos de las ciudades. La instalación se encuentra en un pequeño parque en Glòries y es más sencilla de lo que cabe esperar: son 50 metros cuadrados de módulos fotovoltaicos antideslizantes conectados a la red general, a la que nutrirá de energía solar. Además, los kilovatios obtenidos serán para un consumo de proximidad, lo que ahorrará gastos de infraestructura y transporte.
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Descubre másDonde todo el mundo ve residuos, alguien ve una oportunidad.
Si pensamos en una película que muestre un mundo destruido en el que no apetece vivir, seguro que nos viene a la mente alguna de las adaptaciones de Mad Max. En cualquiera de ellas vemos estepa, poca agua y artilugios fabricados con piezas de cosas que no tienen nada que ver con sus orígenes. El no va más del reciclado.
Armaduras fabricadas con trozos de carenado, coches fusionados para crear una bestia todoterreno, incluso extremidades hechas con tubos de escape… No hay fábricas, no se puede generar nada nuevo, así que gana quien mejor se adapte a las circunstancias.
En Agro tienen como objetivo hacer el presente más sostenible utilizando una visión parecida —sin violencia, claro—. Crean biomateriales a partir de residuos orgánicos como alternativa a los materiales sintéticos, ya que son los que más contaminan.
Su visión es clara: el agotamiento y desperdicio de los recursos naturales está acabando con el planeta. Por eso, buscan soluciones sostenibles para frenar este desenlace que no nos conviene a nadie. No solo originan productos a partir de residuos orgánicos, también quieren involucrar a sus consumidores para que sean parte del cambio.
Si te pasas por su tienda verás productos estéticos y funcionales, pero sobre todo ecofriendly. Maravillas como una bolsa que parece la típica que te dan en el súper, pero en realidad está hecha con cebolla. O mi favorito: tarjetas de visita hechas con bioplástico ecológico y compostable.
Sin duda, todo lo que hacen cuenta con valores de sensibilidad ecológica y sentido de responsabilidad social. Greta Thunberg estaría orgullosa.
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Ideas para evitar la tan temida guerra por el agua
Hace poco se empezó a usar el término sequías flash debido a que la escasez de agua ha aumentado en el 74% de la superficie del planeta. Los motivos son varios: llueve menos, suben las temperaturas y encima aumenta la frecuencia, intensidad y duración de las olas de calor… Un drama.
Si no nos damos prisa, pasará como en Young Ones, una película que narra la historia de un chico muy apañado que utiliza su ingenio para sobrevivir en un mundo postapocalíptico, donde el agua se ha convertido en lo más preciado. Como no quiero desvelarte nada de lo que ocurre, te diré que, obviamente, hay una solución.
Algo parecido a lo que propone Waterplan: conseguir un mundo con suficiente agua potable para que se mantenga el equilibrio entre la sociedad y el planeta. Dicho de otra manera, ante los riesgos que supone el no tener agua, quieren trazar un plan para volver a la época donde este problema no existía. ¿Cómo? Enseñando a las empresas a ahorrar y preservar el agua gracias a una estrategia proactiva y visión de futuro.
“Nuestra plataforma SaaS permite a las compañías supervisar los riesgos relacionados con el agua. Pueden anticiparse y prevenir las interrupciones, cumpliendo con los ideales ESG (Enviromental Social Governance) al mismo tiempo”, explica José Ignacio Galindo, fundador de Waterplan.
Y, ojo, porque esta startup ya ha llamado la atención de Coca-Cola, Colgate y McCain Foods, tres de las empresas más poderosas del mundo y, seguramente, de las que más contaminan. Además, cuenta con Leonardo DiCaprio entre sus embajadores.
¿Y es que nadie va a pensar en los bosques?
Por supuesto que sí. Sin naturaleza, no hay vida. Así que es el momento de reflexionar en cómo la vamos a cuidar. En este caso he elegido una de mis historias favoritas dentro del género: Snowpiercer (Rompenieves en castellano).
Cuando todo falla en la lucha contra el calentamiento global, los pocos supervivientes de la Tierra acaban en el Snowpiercer, un tren que recorre el mundo sin parar, a la espera de que vuelva a ser habitable.
Cada vagón está destinado a cosas diferentes. Solo te revelaré lo que ocurre en uno de ellos: el Greenhouse. 20 m² donde se cultivan y cuidan varias especies de plantas con el objetivo de replantarlas en un nuevo mundo —si es que llega— para evitar su extinción. Es muy similar a la labor de Bosques Sostenibles.
No solo cuidan de nuestro entorno a través de la creación de bosques o recuperando espacios degradados, también calculan la huella de carbono de empresas y buscan una solución para contrarrestarla.
Por ejemplo, se unieron a la marca de agua mineral Lanjarón para concienciar sobre las consecuencias de la deforestación y ayudar a combatirla a través de Twitter. La campaña #NoTreesNoBirds (sin árboles no hay pájaros) tenía como meta la plantación de un árbol por cada retweet hasta llegar a 1.000 árboles, alcanzando 48.000 RT, todo un éxito.
Así que si tienes un negocio y quieres compensar tus emisiones de CO₂ cuidando espacios naturales de gran valor o la diversidad biológica de una región, ya sabes dónde acudir.
Todos estos proyectos deben inspirarnos para ir más allá y hacer ver a la sociedad la importancia de invertir recursos en el cuidado de nuestro planeta. Si no, nos pasará como en Juego de Tronos, donde todo el mundo está tan centrado en el poder y el dinero, que no se dan cuenta de que la verdadera amenaza viene en forma de caminantes blancos. Una gran alegoría para hablar del cambio climático que arrasará con el mundo tal y como lo conocemos.
