El espíritu del ciclismo ha hecho que Miguel y Graciela sigan adelante aun en las peores condiciones. Eroica Caffé nos abre sus puertas.
Miguel y Graciela son los fundadores de Eroica Caffé, un espacio de encuentro para ciclistas que, además, ofrece una pasta casera deliciosa. Hace un año, cuando llegó la pandemia, echaron abajo la persiana, pero no pudieron estar quietos más de dos días. Estaba en juego su negocio, que, al fin y al cabo, es su vida. Sacaron fuerzas de donde pudieron e, inspirándose en el espíritu ciclista que les caracteriza, han encarado el año más duro de su negocio pedaleando sin descanso.
Ellos protagonizan la primera entrega de nuestra sección ‘Stories’ de Holded Magazine, donde las pequeñas empresas nos abren sus puertas y su corazón para contarnos en profundidad sus grandes y emocionantes historias.
Un espacio de encuentro entre dos mundos
En la calle Consell de Cent de Barcelona, a la altura del número 350, seguramente verás entrar al mismo sitio a grupos de ciclistas después de una larga etapa, a parejas del barrio amantes de la pasta, y a personas trajeadas en busca de su cafecito en el descanso del trabajo. Esto es así, porque no hablamos de un establecimiento habitual, hablamos de Eroica Caffé, un espacio de encuentro que es al mismo tiempo club ciclista, restaurante de pasta casera y cafetería.
¿Por qué esta unión? ¿Qué tienen en común la bici, la pasta y el café? Miguel Santalices, co-propietario de Eroica Caffé nos lo explicaba la primera vez que visitamos Eroica Caffé: “Eroica es un espacio de encuentro que emula lo que en Italia llaman ‘la casa del popolo’. Antes, cuando se practicaba ciclismo, las paradas de avituallamiento se hacían en este tipo de sitios, y no eran como ahora, con barrita energética y una botella de agua, tenías comida de verdad: embutido, pasta, café… y queríamos adaptar eso a la ciudad”. Pero, como afirmaba Graciela, co-propietaria también, Eroica no es un establecimiento, es casi una forma de vida. “El nombre de Eroica viene del club de ciclismo del mismo nombre, fundado hará unos 25 años. Su lema es la satisfacción del esfuerzo y el placer de la conquista. Todo nace de ahí, de ese ciclismo duro pero no competitivo, donde impera la cercanía, el respeto por la tierra. Es un poco una forma de vida.”
“Todo nace de ese ciclismo no competitivo, donde impera la cercanía, el respeto por la tierra. Es una forma de vida”.
Graciela, co-propietaria de Eroica Caffé
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Si vienes con prisa, este no es tu sitio
Graciela y Miguel se conocieron gracias a que un buen día ella, que trabajaba en un obrador de pasta italiana, llevó su bicicleta a reparar al taller en el que trabajaba él. El mundo de la pasta y el del ciclismo se unirían entonces a tal punto, que decidieron hacer de sus pasiones un proyecto emprendedor en común.
“La gente que viene sabe que nuestra prioridad es la cercanía y la calidad”, comentaba Graciela al presentarnos Eroica. Y no miente, porque en Eroica uno disfruta sabiendo que lo que consume está hecho con cariño, con tiempo y, la pasta concretamente, con sus manos: “Viví en Florencia y me gustó el vínculo de lo gastronómico con el territorio, el producto local, el trabajo a mano, hecho con tiempo…eso es lo que ofrecemos aquí, para que quien venga disfrute de algo lo más casero posible”. Miguel, lo recalcaba entonces: “Si vienes con prisa a tomarte un café rápido e irte, este no es tu sitio, valoramos la calma, el disfrutar de las cosas”.
Así, entre raviolis y capuchinos, bajo la atenta mirada de docenas de maillots históricos colgados junto a otras tantas bicicletas, ha ido creciendo cada vez más Eroica, hasta convertirse en una referencia obligada en la parte derecha del Eixample barcelonés. Lamentablemente, 2020, que empezó siendo un año prometedor para Eroica Caffé, se convirtió, como para tantos otros negocios, en un ejercicio de supervivencia, como atestigua el vídeo que protagonizaron y que supuso nuestro primer capítulo de Open for business, una serie documental en la que mostramos cómo las pymes estaban encarando lo peor de la pandemia.
Una historia inspiradora para muchas pymes
Aún duele escuchar las declaraciones de Miguel en aquel video: “La noticia fue un sábado a las 12 de la noche, para que el sábado no abrieras”, relataba Miguel. “Tener que cerrar sin saber cuánto tiempo, fue una experiencia horrible”, apuntaba también. Sin saber muy bien qué hacer, se fueron a casa ‘a llorar’ literalmente ya que se sabían arruinados. Pero el llanto duró poco, exactamente, dos días, ni uno más ni uno menos. “Decidimos que llorando en casa no se solucionaba nada”, nos recordaba Miguel, que sentenciaba entonces: “Me parece que era Einstein el que decía que la vida era como ir en bicicleta, si dejas de pedalear te caes. Y yo sinceramente lo pienso. O sea, yo creo que las dificultades tienen que hacernos crecer”.
“Si dejas de pedalear te caes”.
Miguel, co-propietario de Eroica Caffé.
Esta forma de vencer al desánimo y afrontar el desafío inesperado hizo que muchos emprendedores se sintieran identificados con su historia, como atestiguan los muchos mensajes de cariño recibidos en redes. Graciela nos lo cuenta hoy: “En el vídeo llegaba la imagen de dos emprendedores que se esfuerzan … el hecho de no rendirse, de seguir adelante… por eso yo creo que llegó a mucha gente”. Y aún se sonríe cuando habla de la respuesta: “La recepción fue muy positiva, el mensaje llegó a mucha gente, recibimos mucho apoyo y muchas visitas… no te lo esperas, nos vino de sorpresa”.
Año 1 después de la pandemia
¿Cómo están Graciela y Miguel un año después del inicio de la pandemia? Queríamos volver a Eroica y hablar con ellos una vez más. Y ahí siguen, incansables, por supuesto, como demuestran en nuestro último Open for business, que solo ellos podían volver a protagonizar. En palabras de Miguel, pareciera que lo peor ha pasado ya: “Cuando alguien entra por la puerta y te pregunta si estáis mejor, una frase bastante frecuente y agradecida porque significa que les preocupas, dices que sí, que estamos mejor”. Pero inmediatamente después deja claro que no, que aún queda mucho por hacer: “No hemos recuperado parte de lo que hemos perdido”.
Graciela apoya este mensaje y va más allá, destacando algo que, según ella, ha sido determinante en los problemas que han tenido y siguen teniendo las pymes afectadas: “Hay gente que ha estado absolutamente protegida en el sentido de que se ha mantenido su trabajo. A lo mejor han pasado a hacer teletrabajo, pero económicamente ha estado protegida. Otra parte de la población ha estado hiperexpuesta”. En este sentido, Miguel es brutalmente honesto a la hora de hablar de sus peores momentos durante este año: “Durante esta pandemia, hemos tenido situaciones en las que has tenido que sentarte delante de los trabajadores y decirles que no iban a poder cobrar el día uno. Que las cuentas estaban bloqueadas y que no podías tirar adelante, entonces, bueno, les dices que por favor sigan viniendo a trabajar y que a medida que vayamos ingresando dinero les puedes pagar”.
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Ayudarse es imprescindible
Sacrificio y cuidado. Estas palabras sobrevuelan mucho en nuestra conversación y son las que hacen cambiar el chip a Graciela y a Miguel para recordar lo mejor en los peores momentos, aquello que aún a día de hoy les sigue empujando y les hace pedalear con esperanza: “La energía la saco del cliente, de esos abrazos, de esos besos que se han dado a pesar del distanciamiento…”Y continúa Miguel: “Yo te diría que quien te ha ayudado al final han sido las personas. La persona que estaba sentada detrás de esa mesa, en ese banco, o la persona que traía la caja, los barriles de cerveza. Muchas veces nos ayuda el que más lo necesita”. Gabriela coincide con Miguel: “Se habla de la hostelería, pero a menudo no se habla del proveedor, o sea, la hostelería es toda una cadena. Y hay gente fantástica. Hay gente que te ha ayudado mucho, que te ha aguantado, y a la que tú has podido ayudar también en algún momento. Así que aprendes que hay solidaridad y quizás lo que aprendes es a saber dónde está. Aprendes a situarte, a saber más lo que quieres o lo que no. Es como crecer de golpe”. En ese escenario, Miguel arroja algo de luz de cara al presente y al futuro: “Ayudarnos entre los emprendedores no es que sea importante, es imprescindible”.
“Aprendes a saber lo que quieres o lo que no. Es como crecer de golpe”.
Graciela, co-propietaria de Eroica Caffé.
Pedalear es la vida
Es increíble la ilusión que desprenden Graciela y Miguel al hablar de la vuelta de los clientes, de cómo su interés y su calor humano es el motor que les empuja en las subidas más complicadas. Miguel confía en el futuro, mira hacia él porque, como recuerda una y otra vez: “La bici es magia”, algo que argumentaba ya hace un año: “Hay gente que me ha dicho que le ha cambiado la vida y no hablo solo de desplazarse, he visto a gente con parkinson subirse a una bici y pedalear como si se olvidase de la enfermedad que tiene”.
Y para acabar podríamos responder a una difícil pregunta que muchos empresarios se han hecho durante este año y a la cual muchos no saben aún qué responder. Una pregunta que les hicimos a Miguel y a Graciela hace ya un año y que volvemos a hacerles ahora: ¿Por qué seguir? Pues desde Eroica Caffé van dos razones de peso, la primera la comentaba Graciela entonces: “Porque emprender es lo que realmente nos gusta”, y la segunda nos la brinda Miguel hoy: “¿Por qué luchar? Porque es un proyecto. Porque es un sueño. Podíamos haber abandonado. Nos hubiéramos quedado en la ruina. Lo haces porque crees en el proyecto, porque crees en un tipo de sociedad donde el emprendedor es importante, donde crees que tienes algo que aportar”.
Y con ese halo de ilusión y esperanza dejamos Eroica detrás, no sin llevarnos con nosotros una frase de Miguel que podría servir de enseñanza para hace un año, para ahora y para siempre: “Pedalear es la vida”.