En MetaBusiness Interviews entrevistamos a empresas que han llevado su negocio al metaverso. Empezamos con Edu Herranz, CMO de Utopia Voyagers y uno de los mayores conocedores de este nuevo mundo por descubrir. Bienvenidos a esta nueva sección de Holded Magazine.
Aunque pueda parecer una entrevista normal, no lo es. No todos los días se adentra uno en el metaverso, avatar mediante, para entrevistar a otra persona que está en otra ciudad a cientos de kilómetros. Eso es justo lo que haremos a partir de ahora en MetaBusiness Interviews.
Hemos creado un espacio de Holded en Horizon de Meta donde iremos recibiendo a los avatares de los emprendedores más interesados en el metaverso. Empezamos hablando con una persona que es todo lo contrario a un ‘recién llegado’ al metaverso. Se trata de Edu Herranz, CMO (Chief Metaverse Operations Officer) de Utopia Voyagers. Cuando hace 10 años nosotros flipábamos con las gafas 3D, él ya estaba pensando que otros mundos eran posibles. Y parece que tiene razón.
Queremos que disfrutes de esta sección de la mejor forma posible, por lo que en cada artículo tendrás la opción de ver la entrevista entera en vídeo al principio del mismo o leerla como un texto (con cortes de la entrevista añadidos) a continuación. Tú eliges. ¿Ready player one? GO!
David Romera: ¿Se podría decir, Edu, que estoy hablando con uno de los mayores conocedores del metaverso?
Edu Herranz: Bueno (risas), estoy de acuerdo en que hemos hecho muchas cosas durante estos 7 u 8 años. Pero hay gente que sabe mucho más.
D.R.: Acabáis de uniros a la compañía americana Utopia. ¿Cómo ha sido ese paso de desarrollar Virtual Voyagers a formar parte de un gigante internacional?
E.H.: Hace 7, 8 años nos juntamos un grupo de gente a la que le gusta mucho este mundo de la realidad virtual. Inicialmente todavía no estaba la red aumentada, pero empezamos a montar eventos, a desarrollar experiencias y al final conformamos un grupo en el que hacíamos más cosas de realidad virtual, pero era más vídeo 360.
Luego fue evolucionando a experiencias más grandes. Siempre desde el punto de vista del marketing. Luego lo llevamos a la parte de web 3D y, desde entonces, todo ha ido evolucionando positivamente. Es cierto que durante todo este proceso nos han ido tanteando, para ver si estaríamos dispuestos a vender la compañía.
Y la verdad es que nuestra respuesta siempre era no, no considerábamos que fuese el momento, nos gustaba mucho el estilo de empresa, la aventura que teníamos montada y como que nunca veíamos algo así muy claro de decir bueno, yo creo que es el momento de vender.
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D.R.: ¿Qué ha cambiado?
Con el tema del COVID, con la evolución del mercado desde que Facebook cambió de nombre a Meta, con todo lo último que ha pasado en el mercado, todo esto está creciendo exponencialmente. Todas las marcas u organizaciones están queriendo hacer cosas, con lo cual hay mucha mayor competencia.
Al final, dijimos oye, vamos a intentar seguir manteniendo el espíritu de Virtual Voyagers, pero llevado a un grupo más grande. Así que ahora estamos en un grupo internacional como Utopia, con presencia en Los Ángeles y en Madrid, con gente muy relevante como la actriz Eva Longoria, la emprendedora María Bravo, Nino Sáez, Javi García…
Entonces, se ha configurado como un ecosistema que yo creo que de algún modo es ciertamente mágico, donde todos remamos hacia el mismo sitio. Con muchos proyectos que van más allá del metaverso. Se va a lanzar una colección superpotente de NFTs, por ejemplo. Como les gustaba decir en Virtual Voyagers: la estamos liando (risas).
D.R.: El crecimiento de Virtual Voyagers provocó que sumaseis a vuestra parte de agencia, la Academy para enseñar cómo entrar en ese ecosistema empresarial del metaverso. ¿Cuál ha sido tu papel en este cambio?
E.H.: Sí, Academy es una iniciativa que lanzamos hace cerca de diez meses, y es muy curioso porque han pasado muchas cosas desde entonces. Por ejemplo, hemos lanzado dos programas, uno que es más completo, que alberga negocio y diseño de desarrollo y otro que oferta únicamente negocio. Y, la verdad, han sido un éxito absoluto.
Hemos recibido más de 500 solicitudes de admisión para únicamente 36 plazas en cada uno de los de los programas. Yo, como promotor del proyecto, he estado conceptualizando, contactando con los profesores, identificando quién podía ser adecuado para mostrar el camino al alumno desde el principio hasta el final.
D.R.: Por eso justo te quería preguntar. La gente se pregunta mucho si hay mercado en el metaverso, si es una broma. ¿Qué ven las empresas en el metaverso?
E.H.: Hay un factor de novedad, con lo cual todo el tema de innovación, de marketing, pues eso lo ven claramente. Luego, creo que ven oportunidad para de algún modo poder explorar un hueco en este nuevo sector. Creo que también, más allá de una oportunidad, les puede aportar valor.
Consideramos que el metaverso es el internet experiencial frente al internet 2D, plano, de pantalla, que es más informacional. Y en esto las marcas tienen que saberlo todo. Si yo tengo un producto de una alta implicación emocional, como por ejemplo una casa, no es lo mismo elegir sobre un proyecto piloto, que entrar, verla, vivirla, ahí la película cambia.
D.R.: Hace poco hablaba con Cai Felip de Union Avatars, y me comentaba que el perfil de cliente del metaverso era, básicamente, el que fuese viniendo, porque eso está naciendo ahora mismo, no hay patrones como tal…
E.H.: Efectivamente, es cierto que a veces pasamos por patrones previos y aquí no… Y además, fíjate: más que el perfil del cliente, es el perfil de la persona, que al final está dentro de la curva de los innovadores porque son los que están probando las posibilidades en estas fases.
Entonces, todo sector que se pueda beneficiar de esa comunicación audiovisual seguro que tiene hueco aquí. Es decir, es transversal. Es cuestión de analizar desde el punto de vista de negocio, si aporta más valor, si aporta menos.
D.R.: ¿Recuerdas la primera vez que utilizaste la realidad virtual?
E.H.: Recuerdo perfectamente el día. Fue de la mano de Edgar, mi compañero, con el que estaba antes en Virtual Voyagers y con el que sigo ahora en Utopía Voyagers. En septiembre, octubre del 2014. Yo le quería poner en contacto con otro compañero y quedamos todos en una hamburguesería de Gran Vía en Madrid.
Ese día se trajo las gafas Samsung Gear VR edición Innovator. Eran aquellas en las que tú metías tu móvil y podías ver vídeos 360. Me puso las gafas y dije: ¿esto qué narices es? Me dejó la cabeza loca, no solamente por lo que estaba viendo, que también, sino por las posibilidades que tenía.
Cuando llegué a casa le escribí a Edgar y le dije: oye tío, dime exactamente que tengo que hacer para empezar en esto. Y luego él, como ya estaba conectado con los primeros movimientos que había de realidad virtual en Madrid y, seguro, en España, me invitó a conocer a su círculo y eso fue cada vez creciendo más y más… y hasta hoy.
D.R.: ¿Cómo valoras ese desarrollo de casi diez años, desde esa primera realidad virtual que tú probaste hasta ahora?
E.H.: No lo preveíamos, pero en cierto modo sí. Nosotros sabíamos más o menos que esto algún momento iba a estallar, porque al final, cuando tú coges y le pones las gafas a alguien y le explota la cabeza, o le ves que se quita las gafas y dice: ‘esto es lo mejor que he probado en mi vida’, claro, tú dices esto no ha venido aquí simplemente para ser un gadget.
Ya lo decíamos en el 2015: esto no es un gadget, esto es un nuevo medio. Tampoco creo que vaya a sustituir a internet, pero lo va a complementar, va a aportar más valor, y va a permitir que tú y yo, por ejemplo, ahora estemos hablando como si estuviéramos delante aunque tú estés en Barcelona y yo en Madrid.
D.R.: Me he dado cuenta de que hay tantas visiones del metaverso como personas a las que entrevisto. Unas muy catastrofistas, otras maravillosamente optimistas. Cuéntame la tuya.
E.H.: Obviamente yo soy juez y parte, con lo cual existe un cierto conflicto de intereses, claro, pero creo que la tecnología es lo suficientemente potente como para aportar valor en muchas cosas y para incluso superar retos desde el punto de vista del consumo consciente y de la sostenibilidad.
Para que este mundo nuevo sea positivo, la tecnología tiene que evolucionar, hay que entenderla y hay que ser un creador responsable y con ese ánimo constructor. Quien cree más en la distopía, creo que es un tema más humano de resistencia al cambio.
Entonces, creo que hay que sumarse a la corriente, intentar aportar valor, intentar poner tu granito de arena para que eso vaya hacia el sitio en el que uno considera que tiene que ir, pero siempre construyendo y no destruyendo. Ahora, lógicamente, todo el mundo puede opinar lo que le plazca.
D.R.: ¿Ves a las pymes sumándose al metaverso en un corto, medio plazo?
E.H.: Entendiendo como el metaverso el nuevo internet experiencial que ya hemos comentado, a día de hoy, tiene un coste que impide o dificulta que las empresas más pequeñas se puedan meter. Con lo cual, quien lo abandera, como tú decías, son las empresas grandes. Así es como creo que va a funcionar en el corto plazo.
Pero creo también que las pymes se van a ir sumando, porque el coste de desarrollar todo esto obviamente irá bajando, se abrirán mundos como Horizon World que permitirán a las empresas estar dentro sin necesidad de mucha inversión. Esto va a ser un poco también como con el tema de la web. Al principio era muy complicado hacer una web… y mira ahora.
D.R.: Tú que tienes esa visión de futuro, Edu, explícame: ¿dónde estaremos dentro de 30 años? ¿Dónde nos llevarán el metaverso y la tecnología?
E.H.: Vete tú a saber donde estoy yo con 70 (risas). No sé si habrá evolucionado como otra realidad paralela donde incluso convivirán inteligencias artificiales de seres que existan, hayan existido, incluso gente que haya fallecido y se haya podido clonar su alma.
Lógicamente, las gafas no serán ya gafas y tampoco creo que sean lentillas, sino algún microchip que te pongas aquí detrás de la cabeza. Creo que una cosa que va a venir y que es imparable es lo que se llama el BCI, que es el Brain Computer Interface, la computación cerebro-ordenador donde vamos a poder estar solamente con el pensamiento.
Lo que yo quiero pensar es que a lo mejor también esto tiene impacto en la huella de carbono. Si nosotros tenemos podemos teletrabajar, pues también habrá menos desplazamientos. Entonces, también se pueden pensar como mil tipologías de cambios que va a traernos el futuro, que yo creo que son positivos.
D.R.: Bueno, Edu, no sé dónde estaré dentro de 30 años, lo que sí sé es que ha sido un placerazo tenerte como el primer invitado de MetaBusiness Interviews.
E.H.: El placer ha sido mío, David. Un auténtico lujazo. Muchísimas gracias a vosotros.
