Albert Bosch nos cuenta qué debemos meter sí o sí en la mochila para acometer la aventura que es emprender.
Aventurero, emprendedor… Albert Bosch cree que las dos cosas nacieron a la vez pues, según él, son casi la misma cosa. Y viniendo de alguien que ha coronado el Everest, ha completado el Dakar y ha cruzado la Antártida sin asistencia hasta el Polo Sur, algo de verdad debe de haber en esa afirmación.
Tratándose de un número en el que hablamos de la increíble aventura que es emprender, teníamos que contar obligatoriamente con el que seguramente sea uno de los mayores ejemplos que tenemos alrededor. Y es que, leer la biografía de nuestro protagonista es un relato épico y fascinante, que se asemeja al héroe de las narraciones clásicas.
Su trayectoria nos habla de éxitos incontestables y de provechosos fracasos que anteceden a cimas mucho más altas que las anteriores pero, sobre todo, su recorrido nos manifiesta que hay que mirar siempre hacia delante y, lo más importante, conociéndose constantemente a uno mismo para saber qué se quiere conocer de todo lo demás.
Es todo un placer tenerle en holded magazine porque hablar con él es ser más conscientes del mundo del emprendimiento en particular y del mundo (así, a secas) en general. Prepárense, empieza el viaje.
¿Es emprender una gran aventura? ¿Por qué?
Según el diccionario de la R.A.E., una aventura es una ‘empresa de resultado incierto y que comporta riesgo’. Ya solo con esta definición podemos responder a la pregunta, pues emprender y aventura son sinónimos en muchos sentidos. Podemos cambiar perfectamente una palabra por otra en esta acepción del diccionario.
Emprender, igual que hacer una aventura, es crear una empresa, osea, hacerse cargo de un proyecto en 360º (desde la idea, hasta la estrategia, a la búsqueda de inversión, al plan de acción, a la creación y liderazgo de equipos, la comunicación, la gestión de ingresos, etc). Y emprender, igual que hacer una aventura, comporta un riesgo claro en muchos sentidos clave.
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Descubre más¿En qué momento comienzas tu andadura como emprendedor? ¿Nació antes tu faceta emprendedora o aventurera, o nacieron a la vez?
Como mi tesis es que son conceptos muy análogos, creo que surgieron a la vez. Mi parte de aventurero en expediciones y deportes extremos se manifestó ya de muy joven, cuando me apasionaba el deporte, pero tenía una ambición diferente a la de simplemente tener un hobby o competir en cosas concretas, ya que soñaba y veía que con él podía aspirar a organizar grandes proyectos.
Y mi parte de aventurero emprendedor también fue bastante prematura, pues ya en bachillerato y años universitarios, montaba pequeños proyectos para vender cosas y espabilarme; y después de mis estudios, me agobié pronto trabajando como ejecutivo, y en poco más de dos años decidí no alquilar mi tiempo y dinero a un empleador, sino dedicarlo a liderar mis proyectos.
Emprender, igual que hacer una aventura, es crear una empresa, hacerse cargo de un proyecto en 360º
Albert Bosch
¿Qué atributos del deporte has llevado al Albert Bosch emprendedor? ¿Y del emprendimiento al deporte?
Yo hablo más de aventura que de deporte. El deporte está muy bien, pero creo que tiene más que ver con el rol ejecutivo en una empresa que con el hecho de ser emprendedor. En el deporte las reglas y los parámetros vienen dados, y tienes que dedicarte a hacer muy bien solo tu parte. En la aventura nada es estable ni viene dado, todo es incierto y complejo, y tienes que dedicarte a hacer bien tu parte y a ser responsable y promotor de todo el proyecto.
Pero hay parámetros del deporte también válidos para el emprendimiento: ponerse objetivos, prepararse bien en cada etapa, saber esforzarse al máximo, mantener una disciplina, ser resilientes ante los errores, trabajar en equipo, etc… Y para la aventura hay muchísimas cosas del emprendimiento que me han servido.
La más importante, el saber hacer un business plan, pues cada expedición es realmente eso en todos los parámetros. Y otros factores: saber vender, crear valor con tus ‘productos’, liderar equipos o ser liderado, hacer un plan de comunicación, tener una visión y creer en ella para pasarla a objetivos concretos y hacer un plan, etc.
¿Qué mete en la mochila un aventurero emprendedor para afrontar la aventura de emprender? ¿Cuáles son sus mejores compañeros de viaje?
Lo primero, confianza y actitud positiva. No se trata de ser un optimista naif, sino un radical de la realidad, pero afrontándola con la confianza de ser capaz de afrontar el proyecto, y sabiendo que se hará todo lo mejor posible para que se pueda avanzar hacia el objetivo. Lo segundo, visión global del proyecto y capacidad de gestión en todo el proceso. Y, sobre todo, saber crear valor con la propuesta para poderla vender. Si no hay venta no hay pasta, y sin pasta no hay aventura.
Lo tercero, pasión, esfuerzo y determinación. Esto no es un trabajo, sino un estilo de vida. Hay que poner muchísima energía y tiempo, pero siempre a partir de la convicción de que estamos en el camino correcto hacia el objetivo, y persiguiendo un objetivo que nos apasiona. Los mejores compañeros de viaje siempre son los que comparten tu mismo nivel de energía, pasión y valores hacia el proyecto. A partir de ahí, están dispuestos a aprender y activar todas las capacidades necesarias para llevarlo a cabo con buen humor y una actitud siempre comprometida y positiva.
Los mejores compañeros de viaje siempre son los que comparten tu mismo nivel de energía, pasión y valores hacia el proyecto.
Albert Bosch
¿Qué experiencia empresarial puede asemejarse a coronar un pico como el Everest? ¿Y a recorrer el infernal desierto del Dakar?
Cualquiera. Proyectos muy ambiciosos o proyectos más pequeños. Porque hay un factor que siempre se da en un proyecto emprendedor: que lo que se hace, va de verdad. Si uno falla en el Everest, difícilmente tendrá otra oportunidad. Y si se la pega fuerte, puede no regresar con vida. Hay muchas situaciones que no se solucionan con un Power Point, una reunión o un Excell. Palmas y punto.
En un proyecto empresarial (desde el punto de vista del emprendedor), pasa algo parecido: si la cosa va mal, no se salva con un informe, sino que las consecuencias pueden ser fatales para el proyecto e incluso para el propio emprendedor (avales, años y energía invertida, confianza de inversores, etc.). En cambio, en un trabajo ejecutivo, aunque sea de muy alto nivel, aunque se falle, siempre será fácil buscar una excusa, rectificar, caer en la red o buscar un trabajo en otra empresa, sin tener que cargar con una mochila por el fracaso que tuviste.
Pero en la parte positiva, también se parecen mucho en el nivel de pasión e ilusión que se vive en ese proyecto. Te llena de sentido, te diviertes con tu esfuerzo, sabes que estás liderando un proyecto tuyo y eso es una de las mayores satisfacciones que puede tener una persona en cualquier ámbito.
Si uno falla en el Everest, difícilmente tendrá otra oportunidad. Y si se la pega fuerte, puede no regresar con vida. En un proyecto empresarial pasa algo parecido.
Albert Bosch
Te he oído en entrevistas que gran parte del éxito o el fracaso es gestionar el riesgo, la incertidumbre… ¿cómo se hace?
Trabajar y esforzarse siempre es esencial, pero es la parte más fácil de la ecuación. Lo difícil es crear valor con ese esfuerzo o trabajo. Y para crear valor hay que innovar, pensar diferente, atreverse, ser proactivo. Y para ello hay que asumir que es muy posible que se falle. Por ello creo que solo los que aceptan asumir ciertos riesgos y entienden que pueden fracasar, están preparados para el éxito en el mundo emprendedor ( y el de la aventura).
Para explicar cómo se gestiona el riesgo y la incertidumbre se necesitaría todo un libro, pero para resumirlo, creo que hay 4 pasos básicos:
- Maximizar la visión objetiva y realista: tener la máxima información y claridad sobre la situación en que estamos y/o la que afrontamos.
- Hacer bien lo que depende de ti. Hay muchísimas cosas del entorno extremadamente inciertas y cambiantes, que no podemos controlar. Pero también hay muchas que dependen solo de nosotros mismos (a nivel personal, de equipo u organización), y allí no podemos fallar. La inseguridad debe estar fuera, nunca dentro.
- Ser radical en cada paso: Por muchos medios y mucha estrategia que haya en un proyecto, nos la jugamos al pasar cada grieta. Por lo tanto tenemos que ser extremadamente eficaces en cada paso que hacemos, porque cada uno puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso.
- Tener una buena red de soporte en el equipo. Las organizaciones más innovadoras tienen un equipo cohesionado que se apoya en todo el proceso, se aplaude en el éxito, y se acoge y da soporte sobre todo en el fracaso. De esta manera el talento y la ambición pueden desarrollarse, pues asume el coraje propio y de todo el grupo para intentar gestionar los riesgos y avanzar creando el valor necesario.
Me encanta lo de ‘aceptar con orgullo tus fracasos’ porque estamos en una cultura que los esconde, no los admite… ¿Cuán importante han sido los fracasos en lo que hoy eres?
Todo el mundo habla del valor de los fracasos, pero los de Silicon Valley, nunca de los propios. Yo siempre pongo en valor los míos, porque gracias a aceptarlos, me he atrevido a hacer proyectos ambiciosos. La única manera de no fracasar es limitarse a cosas mediocres o de poco valor.
Por ejemplo, yo fui el primer piloto de la historia en hacer el Dakar (la prueba de motor más dura del mundo) con un coche 100% eléctrico. Al tercer día el coche se paró. Un fracaso absoluto, y de gran presupuesto. Pero estoy absolutamente orgulloso de ello, porque enfocaba un proyecto en el que unía mi espíritu de aventura, mi capacidad de pilotaje y montar equipos, con mis valores ambientales.
Lo soñé y me atreví a ir a por ello. Me siento absolutamente empoderado por ello, y con la misma actitud he afrontado casi todas mis aventuras. El peor fracaso no es aquel en el que no consigues el objetivo. El peor fracaso de la vida es sentir que no tienes el coraje para vivir la vida que quieres y perseguir los proyectos que sueñas. Y para ello hay que atreverse a fracasar en la realización del proyecto.
El peor fracaso no es aquel en el que no consigues el objetivo. El peor fracaso de la vida es sentir que no tienes el coraje para vivir la vida que quieres y perseguir los proyectos que sueñas.
Albert Bosch
Tus proyectos suelen estar muy ligados a la sostenibilidad, ¿qué pueden hacer las empresas para ayudar a conseguir un futuro más verde y sostenible?
Tanto a nivel de aventura como de emprendimiento, he evolucionado de forma exponencial en mi compromiso con la sostenibilidad. Dejé de competir en el Dakar y de realizar cualquier actividad de aventura que tuviese un impacto negativo en el medioambiente de forma directa. Y dejé de participar o promover cualquier proyecto profesional o emprendedor que no tuviese el compromiso con un impacto positivo hacia la sociedad y el medioambiente.
Para mi la sostenibilidad debe ser un punto de partida para todo lo que emprenda, no un punto de llegada que ya aplicaré cuando todo me vaya bien. Y las empresas deberían asumir precisamente este tipo de liderazgo comprometido con esta responsabilidad en el impacto que crean. Y para hacerlo hay muchas medidas concretas, pero también mucho márketing vacío.
Por ello, si realmente queremos aspirar a un futuro más verde y sostenible, los emprendedores y el mundo empresarial tiene mucho que aportar, pues es uno de los agentes más activos y con capacidad de impacto en todos los factores clave del planeta y la sociedad. Yo he creado y promuevo el concepto de Liderazgo Circular, que viene del concepto Economía Circular, como eje básico para que nuestro sistema pueda aspirar a un futuro de mínima calidad.
Pero como para todo, antes de conseguirse, se debe tener la visión, la estrategia y el plan de acción (esto es el liderazgo). Y el Liderazgo circular nace en la persona (Liderazgo personal) para que tenga actitudes, valores, y propósitos a la altura de las necesidades. Evoluciona hacia las organizaciones (Liderazgo Organizacional), pues las personas se organizan en comunidades y proyectos para avanzar.
Y debe enlazar con la responsabilidad que comentábamos (Liderazgo Sostenible), pues si cada persona tiene una cierta capacidad de impacto, en una empresa esta se multiplica, tanto en negativo como en positivo. Pero recordemos que es ‘Circular’, con lo cual, si lo hacemos bien, ello redundará en mejor calidad de vida y salud para las personas, y luego en empresas más prósperas, responsables y reputadas, y finalmente en una sociedad y un entorno empresarial más sostenible y equilibrado.
¿Qué proyectos asoman por el horizonte?
Estoy con un proyecto ambicioso que hibrida mi actividad aventurera extrema con la emprendedora. Me apasiona poder conseguir resultados profesionales o empresariales desde la metáfora y la acción real del mundo de la aventura.
Y en el ámbito de la aventura, estamos preparando una gran expedición polar en Groenlandia para el próximo verano. Y como siempre, con un ‘Business Plan’ completo, enfocado a crear valor, pues haremos algo absolutamente inédito en el mundo de la aventura. En la actitud emprendedora siempre hay oportunidades de innovar.
¿Qué te hace seguir buscando la siguiente aventura habiendo arriesgando casi la vida en la anterior?
A mi no me gusta nada el riego. No necesito esta adrenalina para sentirme vivo. Lo que me apasiona es buscar proyectos ambiciosos que me permitan descubrir lugares muy especiales del mundo, vivir experiencias inimaginables desde el paradigma de la vida normal o segura, o incluso desde la puramente deportiva, y aprender de todas las actitudes que se viven en cada aventura mientras me voy conectando de manera profundamente física y espiritual con la naturaleza. Y para todo ello, necesito aceptar y gestionar ciertos riesgos.
Lo más arriesgado sería no vivir la vida que queremos, y que el miedo o la extrema seguridad no nos permita creer y perseguir nuestros sueños.