Hablamos con los hermanos Alós, Marc y Sergi, quienes lideran caganers.com una de las tiendas barcelonesas más visitadas por los turistas y que demuestra que la tradición puede reinventarse para ser más actual que nunca
Sin duda es una de las imágenes navideñas por excelencia. El hecho de que sea escatológica no impide para nada que la sigamos amando año a año. Porque, ¿quién no tiene o ha tenido un caganer en su casa?
Los hermanos Alós, Marc y Sergi han decidido continuar con la tradición familiar poniéndola al día para que las míticas figuritas sean perfectamente actuales y reconocibles. De esta manera, cuando pasamos por el escaparate de cualquiera de sus tiendas podemos reconocer cagando a Trump, a Harry Potter o a la mismísima Rosalía.
Hemos hablado con ellos para que nos cuenten cómo se gestiona uno de los iconos navideños más exitosos y qué propósitos tienen para el nuevo año.
Mientras hablamos, seguro que hay un grupo de personas haciéndose fotos con el caganer gigante que hay a la entrada de vuestras tiendas.
(Risas) Es que es único. Encontrar una tienda con más de 600 referencias de personajes públicos y no públicos, de nuestro alrededor, y que están cagando, pues no deja de ser diferente, claro. Se llegan a hacer tal nivel de fotografías… Y se sonríen cuando las hacen. Eso hacemos, regalar sonrisas.
Muchos de los comentarios que nos llegan son gente de fuera que nos escribe un correo diciéndonos lo bien que lo pasaron cuando entregaron el caganer. Cuando sacamos vuestros caganers en la cena, todo el mundo se rió y lo pasamos en grande. Y muchas veces incluso surgen conversaciones alrededor de eso… es mucho mejor que si te regalan una camisa. Ahí dices muchas gracias, qué bien, y ya está.
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¿Por qué tiene tanto éxito el caganer?
Hay una parte de tradición. Muchas personas los coleccionan porque se los regalaban sus padres de pequeños y vuelven una y otra vez para ampliar su colección. Piensa que venimos de familia de ceramistas. Llevamos más de 25 años vendiendo a esos niños o niñas, que ahora ya son padres y madres, que empiezan de nuevo el ritual con sus familias.
Y luego está el sector regalo sorpresa. Gente que nos viene a visitar a Barcelona o a Madrid, se encuentran en una tienda con un producto totalmente diferente, un icono catalán, un personaje que es muy diferente a lo que se puede encontrar alrededor del mundo hoy en día, donde todos los productos están superglobalizados.
Muchas veces surgen conversaciones alrededor [del caganer]… es mucho mejor que si te regalan una camisa. Ahí dices muchas gracias, qué bien, y ya está.
Marc Alós, CEO de caganer.com
¿Cómo se gestionan tantos pequeños cagones?
Nosotros día a día y como empresarios vamos ascendiendo. O sea, lo gestionamos mi hermano Sergi y yo, y vamos poniendo las herramientas necesarias cada vez que vamos creciendo un poquito. Hay una cosa importante, este producto también lo fabricamos nosotros, no solamente somos distribuidores de un producto que nos llega de no sé dónde, sino que nosotros fabricamos el producto aquí y luego la suerte es que lo podemos distribuir nosotros mismos y queda todo en nuestras manos.
Este producto también lo fabricamos nosotros, no somos solamente distribuidores.
Marc Alós, CEO de caganer.com
En estos dos años después del COVID, aparte de adquirir locales, el esfuerzo también ha sido que toda la fabricación la hemos tenido que triplicar o cuadruplicar. Y eso no es fácil. Tampoco del día a la mañana dices mira, en vez de hacer 1000 piezas al mes, tengo que pasar a hacer 10 000. El cambio es muy sustancial. Entonces, poco a poco vamos aprendiendo. Nosotros lo gestionamos todo un poquito, ‘en remoto’, porque nuestra sede principal está en la Costa Brava, en Torroella de Montgrí (Baix Empordà), y desde allí dirigimos nuestras tiendas.
Vamos poniendo jefes de área y allí donde antes lo hacíamos nosotros, pues como la empresa va creciendo y tenemos más necesidades, pues hemos de ir poniendo responsables en cada área que nos ayuden a que el día a día y la experiencia que la gente tiene en nuestras tiendas cada vez sea más positiva.
Y al final, pues como todo, que haya buenas reseñas, que la gente aconseje ver nuestro producto, que queden encantados y nos envíen a más gente. Al final, es lo que buscamos, tener una buena reputación y que si te viene algún familiar a verte, aparte de decirle vamos a tomar unas bravas y una cervecita en el downtown de Barcelona, le digas de pasarte por la tienda de los caganers.
¿Cómo ha ido evoluocionando esa gestión?
Empiezas con una tiendecita que no necesita ni plan de negocio ni nada y cada vez necesitas más. Por eso, lo que te decía un poquito antes, es importante ir poniendo responsables de área un poquito para que Sergi y yo podamos subir un poquito más arriba y tener una perspectiva más amplia de lo que tenemos que trabajar. Porque sí, el día a día, a veces, como en todos los trabajos, se te come y no te da la oportunidad de levantar la vista y pensar para dónde encaminar todo esto.
Poco a poco vamos poniendo responsables de área para que Sergi y yo podamos subir más arriba y tener una perspectiva más amplia.
Marc Alós, CEO de caganer.com
Nuestra meta no es conformarnos con superar la facturación de un año a otro, sino que cada tiendas cada vez facture más y ver cómo lo podemos hacer. Es un proyecto para nosotros entrañable e ilusionante, porque aún se pueden hacer muchísimas cosas.
¿Tenéis caganer favorito?
Yo, mira, siempre digo que favoritos puedes tener muchos, pero yo me quedo con el caganer tió. Abarca las dos tradiciones escatológicas navideñas catalanas. Es un caganer, además, que hemos vendido muchísimo.
¿Cuál es históricamente el más vendido?
El caganer tradicional de toda la vida es el que cada año peta récords. El tió, el de Messi, el de Trump, el de Obama, por supuesto… El de Rosalía en su momento tuvo su push. Y después hay personajes que van por temporadas. Un año hicimos el de Bob Esponja y, la verdad, nunca nos había pasado el ir a abrir una tienda y ya tener cola esperando para poder comprar un caganer. Si me lo cuentan, no me lo creo.
Hay otras veces que depende del timing de las muertes de las personalidades más grandes. Cuando se murió, por ejemplo, Maradona o cuando se murió la reina Isabel II de Inglaterra, pues de repente explotaron de golpe las ventas de sus caganers.
¿Cómo es el proceso de selección y producción de cada nuevo modelo?
Nace con nosotros mirando la actualidad. Pero hay muchos más factores. Yo lo digo muchas veces, mis hijos, que juegan mucho a los videojuegos, te van dando referencias, por ejemplo. Luego los haces y dices, hostia, pues qué razón tenía el chaval.
Fuera de España, ¿qué nacionalidades son las más interesadas en el caganer?
El mercado norteamericano es superimportante. Nuestro primer mercado, evidentemente, es el español, pero a nivel internacional sería América y Europa: Francia, Italia, Alemania, Inglaterra… serían los países más destacados. Y después, tendríamos un poquito de cada: Suecia, Suiza, Luxemburgo, Polonia… Y luego, pues podemos tener algo en Sudamérica aunque nos castigan mucho los aranceles.
Yo te diría además que el perfil, sobre todo de americanos, rusos, chinos, japoneses, son perfiles que además se gastan mucho más dinero que un perfil de un catalán o un español que seguramente nos comprará uno o dos. Las grandes compras siempre nos las hacen los extranjeros: 20 caganers, 10 caganers de golpe.
¿Algún propósito para el año nuevo?
Estamos trabajando en una nueva era de caganers con nuevos diseños muy chulos y que cuando llegue el año que viene los vas a ver. Queremos crecer bastante en producto. Este ha sido el primer año que teníamos todas las tiendas abiertas, el primer año que podemos empezar a sacar conclusiones y nos permite enfocarnos a unos años en los que, si no pasa ninguna desgracia nueva (risas), pueden ser muy buenos.